Opinión | En territorio comanche

La opinión sobre el Sporting y el Oviedo: La ilusión y el oprobio

La victoria de un Oviedo lanzado ante el Mirandés deja una distancia en la clasificación con el Sporting considerable; envidiar la buena cosecha del vecino no debería ser una de las prioridades, pero sí tendría que servir para reflexionar sobre el oprobio en el que ha caído el mundo rojiblanco

El Oviedo anda lanzado hacia la promoción, cosa nada desdeñable en estos tiempos de crisis en los que, si hacemos caso a Ayuso, uno puede salir del socialismo, del tabaquismo, de las drogas y de lo que haga falta solo poniéndole ganas. Así que el Oviedo con ganas, un entrenador que no se ha movido de la línea a pesar de los codazos y acierto en los fichajes va camino de cerrar el círculo de ese capítulo de su historia en el que pasó a velocidad de vértigo de estar en lo más alto a caer en el barro.

Aunque solo sea por eso, la ilusión de la Asturias oviedista está más que justificada. Queda trecho, pero el asunto pinta bien, aunque sea para probar cómo es eso de una promoción de ascenso a Primera.

Luego, y yendo a lo más inmediato, la victoria azul ante el Mirandés deja una distancia en la clasificación con el Sporting –a la espera de que los de Martí se midan al Ibiza– de 22 puntos. Cuando se consumó el desastre del 98, el Sporting bajó viendo al Oviedo alejado a 27 puntos. Así que ¡ojo al dato!, que diría García.

Envidiar la buena cosecha del vecino no debería ser una de las prioridades, pero sí tendría que servir para reflexionar sobre el oprobio en el que ha caído el mundo rojiblanco, donde se espera una buena limpieza en cuanto se ate matemáticamente la permanencia. Pero, por favor, todo en silencio, no se vaya a molestar alguien. Son las cosas que tiene la ilusión de unos y el oprobio de otros.

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