Palabra de patrón

José Enrique Cima

José Enrique Cima

Roglic lleva tres victorias en la general de la Vuelta a España y tenía la ilusión de ganar esta para empatar con Roberto Heras, que ha ganado cuatro. Pero la carretera pone a cada uno en su sitio y todo depende del momento de forma en el que se llega. Kuss, habitualmente un gregario, empezó muy fuerte y se colocó líder por delante del esloveno y de Vingegaard, ganador de los dos últimos Tours de Francia. Palabras mayores. A un ganador del Tour de Francia, y más si se ha conseguido en dos ocasiones, siempre se le da el rango de patrón mayor. Aun así, Vingegaard, aunque ganó en solitario en el Tourmalet, sabía que había llegado bastante justo, aunque quizás con fuerzas suficientes para ganar. El danés ya fue un señor en la subida al Angliru, cuando Roglic atacó al final de la rampa de la Cueña les Cabres y, viendo que no respetaba a su compañero y líder de la clasificación general, Sepp Kuss, se colocó a rueda del esloveno hasta la línea de meta. Ahí actuó Vingegaard como un patrón. Y eso que, por momentos, pensó en remontar a Roglic en el sprint pero al final decidió no hacerlo porque con la bonificación del triunfo le hubiera arrebatado el liderato a su gregario de lujo. Así que prefirió entrar a rueda y así no enfrentarse tampoco a Roglic. Todo un señor. En la reunión que tuvieron con el equipo el día de descanso en Santander se resolvió que en el Angliru se decidiera el vencedor de la Vuelta. Como los rivales no les estaban acosando, a la guerra fratricida se le tenía que poner fin porque se estaba dando una muy mala imagen del equipo. Y en la noche del miércoles hubo otra reunión del equipo y fue en este caso Vingegaard, patrón mayor, el que dejó claro que él podía haber sido el líder en el Angliru pero no quiso destronar a un compañero. Mas todavía cuando Kuss, en Tour, Giro y Vuelta, siempre fue un gregario de lujo para Roglic y para él. Era normal ahora devolverle el favor cuando los rivales no les podían ya desbancar. Una situación casi única, en la que un equipo copa los tres puestos del podio (solo había sucedido en 1966, con tres ciclistas del Kas). Y además se le pudo hacer un merecido regalo a un gregario de lujo.

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