Opinión | Fútbol es fútbol

Kafka en el País de las Maravillas

1. Anotación en el Diario. Leer los periódicos y ver los telediarios en estos días de ruido y furia produce una sensación especialmente extraña, como leer la anotación de Franz Kafka en su diario cuando estalló en 1914 la Gran Guerra: "Alemania ha declarado la guerra a Rusia. Por la tarde, escuela de natación". ¿Qué anotaciones podríamos hacer en nuestros diarios? Sábado, 4 de mayo. La guerra entre Rusia y Ucrania sigue llenando de asombro y horror a la vieja Europa. Por la tarde, el Real Madrid ganó la Liga y el Girona entró en la historia del fútbol por la puerta grande. Domingo, 5 de mayo. El ejército de Israel insiste en borrar del mapa a todos los palestinos que se muevan o se queden quietos (da igual). Por la tarde, se inicia la cuenta atrás para unos apasionantes partidos de vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones. Kafkiano. Pero así es el mundo cuando, al despertar por la mañana después de un sueño intranquilo, nos encontramos sobre la cama sometidos a monstruosas contradicciones.

2. Dodo en la Liga. En este mundo tan kafkiano como cruel, el fútbol declara dioses del pueblo a los vencedores mientras los derrotados yacen en el suelo como Messala en "Ben-Hur" después de la carrera de cuadrigas. Gloria al implacable Real Madrid masculino y al brillante Fútbol Club Barcelona femenino, campeones de Liga por tierra, mar y aire. Polvo y lágrimas para los equipos que ven desde la arena del circo el desfile de la victoria. En estos momentos, siempre me acuerdo del Dodo de "Alicia en el país de las maravillas", que propone a todos los animales mojados en el Mar de Lágrimas que provoca Alicia una carrera sin principio ni fin en la que todos sean ganadores. ¿Se imaginan una Liga en la que todos los equipos sean ganadores? ¿Se imaginan a un Dodo proponiendo a los equipos no una riquísima Superliga en la que siempre jueguen los mismos, sino una Liga de las Maravillas que no tenga ni principio ni final, como si fuera la gira sin fin de Bob Dylan? ¿Sería una Liga kafkiana, o una liga maravillosa?

3. Todo para el martes. Temporada en blanco (nunca mejor dicho) para el Barça, después de la kafkiana rectificación de Xavi y el no menos kafkiano catálogo de errores defensivos que sonrojarían hasta a Ignatius Farray. El presidente Joan Laporta ya ha perdido los nervios porque se acerca el invierno para el Barça, un invierno que puede ser muy, muy, muy largo. ¿Dónde queda ahora el dichoso debate sobre el ADN Barça y bla, bla, bla? ¿A quién le importan las esencias, el juego bonito, el legado de Cruyff y la responsabilidad con el fútbol de un club en el que jugaron Iniesta y Messi? Me imagino a Laporta diciendo a Xavi lo mismo que el productor cinematográfico Jack Warner decía a sus directores: "No quiero una película buena, la quiero para el martes". Laporta no quiere un buen Barça, lo quiere para el martes, es decir, para la temporada que viene. Formar un buen equipo es muy difícil (que se lo pregunten al Girona), pero formar un equipo para el martes es dificilísimo. Parece el título de un cuento de Kafka: "Un equipo para el martes". O quizás uno de los absurdos lógicos de "Alicia en el País de las Maravillas".

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