"Asturias no tiene nada que envidiar a nadie"

Javier Sáenz de Jubera, presidente de Total Energies España, recibe el XXVII Premio Asturmanager convencido de que "tenemos las mejores condiciones para que la región progrese"

Yago González

"Tenemos las mejores condiciones para lograr una Asturias mejor para las próximas generaciones. Cuando uno viaja por el mundo, y os lo dice alguien que durante un período de su vida ha tenido que coger unos 200 vuelos al año, se da cuenta de que nuestros profesionales no tienen nada que envidiar a los de otras geografías". Son palabras pronunciadas ayer por el presidente de Total Energies España, Javier Sáenz de Jubera, en su discurso de agradecimiento por el XXVII Premio Asturmanager al Empresario y Ejecutivo del Año, que recibió de manos del consejero de Industria, Empleo y Promoción Económica, Enrique Fernández.

El directivo se emocionó al mencionar a su "maravillosa" familia, presente en el homenaje

El evento estuvo patrocinado por la sociedad financiera Asturgar, representada por su director general, Ángel Rodríguez; y por Banco Sabadell Herrero, dirigido por Pablo Junceda. Al acto, celebrado en el restaurante Deloya, en Latores (Oviedo), acudieron numerosos dirigentes empresariales, políticos y sindicales de Asturias, como la presidenta de DuPont España y vicepresidenta de FADE, Ángela Santianes; el secretario general del SOMA-FITAG-UGT, José Luis Alperi; el presidente del Grupo Orejas, Rufino Orejas; la directora de la Fundación Princesa de Asturias, Teresa Sanjurjo; el tesorero de la Cámara de Avilés y directivo de Caja Rural de Asturias, José Manuel Vega; el presidente de Femetal, Antonio Fernández-Escandón; el vicepresidente de FADE, Pablo García; el expresidente de FADE Belarmino Feito; los expresidentes del Principado Javier Fernández y Antonio Trevín; el rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde; o Begoña Fernández-Costales, presidenta de la Federación de Empresarias y Directivas de Asturias.

Montserrat Domínguez, presidenta de Asturmanager, hizo una semblanza del premiado, a quien calificó como "un hombre sencillo, que no olvida sus raíces, y al mismo tiempo un cosmopolita con un gran compromiso con Asturias". "Aficionado a la música y lector ávido, Javier es un ejecutivo cercano a sus empleados, preocupado y comprometido por convertir el lugar de trabajo en un espacio amigable que facilite la cooperación en equipo", remarcó Martínez.

Por su parte, el consejero de Industria subrayó del homenajeado "su apuesta firme y decidida por Asturias a lo largo de toda su trayectoria profesional y el papel que ha tenido para que Total Energies apostara por nuestra región para dirigir desde aquí su expansión en el mercado energético español". Según Fernández, "quizás en Asturias no hemos valorado suficientemente que el mayor grupo energético de Europa, cuyo valor bursátil duplica el de Iberdrola y es ocho veces superior al de EDP, tenga su sede para España en el centro de Oviedo, donde ya trabajan cerca de 300 personas".

De izquierda a derecha, Ángel Rodríguez, Enrique Fernández, Javier Sáenz de Jubera, Montserrat Martínez, Pablo Junceda y Ángela Santianes, vicepresidenta de FADE, en el restaurante Deloya Latores. | Luisma Murias

De izquierda a derecha, Ángel Rodríguez, Enrique Fernández, Javier Sáenz de Jubera, Montserrat Martínez, Pablo Junceda y Ángela Santianes, vicepresidenta de FADE, en el restaurante Deloya Latores. | Luisma Murias / Yago González

Nacido en Mieres en 1957, Sáenz de Jubera, ingeniero de minas, comenzó su carrera profesional en 1979 en el departamento de Electricidad Industrial de la Universidad de Oviedo, institución que ensalzó en su discurso al destacar que "se esfuerza por acercarse cada día más a las necesidades de las empresas, como demuestra la creación de los estudios de Ingeniería de Datos", especialidad que Total Energies respalda con una cátedra de Analítica de Datos e Inteligencia Artificial. "Eso nos hace disponer en Asturias de personas del mayor nivel que además quieren vivir aquí por la calidad de vida que disfrutamos".

"No habría local lo bastante grande para dar cabida a los grandes compañeros que he tenido", dijo

El directivo insistió en la importancia de las personas para la mejora de la sociedad: "Para que una sociedad progrese sólo (y lo digo entre comillas) se necesita eso: personas. Todo lo demás es secundario". Sáenz de Jubera recomendó al público "rodearse de buena gente". "Hay que evitar a las personas malas y negativas. Son un porcentaje pequeño de la población, pero hacen mucho daño. Y además se distribuyen de forma uniforme sin distinguir sexo, religión, nacionalidad, raza o ideología política", detalló. No obstante, el ejecutivo añadió que "la buena noticia es que esas personas son minoría". "Sé que cuando uno es joven tiene más difícil seleccionar a sus compañeros de viaje, especialmente en la vida profesional. Esto es algo que sólo se puede hacer de manera absoluta cuando uno empieza a cumplir años, pero en la medida de lo posible, evitad a esas personas. Tendréis una vida más feliz", garantizó.

El empresario se emocionó al mencionar a su familia, que acudió casi en su totalidad a la ceremonia –con la excepción de uno de sus tres hijos, residente en Londres, y su hermana Pilar, desplazada a Estados Unidos por motivos familiares–. "Doy las gracias especialmente a mi mujer, María Jesús, que ha conciliado el hecho de ser una excepcional oftalmóloga con ser el pilar robusto en el que se ha cimentado una maravillosa familia que va creciendo año a año con hijos políticos y nietas", agradeció.

Asimismo, destacó la presencia de amigos personales y diez de sus compañeros de la eléctrica. "Me hubiera gustado también invitar a todos los grandes profesionales con los que he tenido la suerte de trabajar en estos 44 años, pero no tendríamos local en Asturias con el aforo suficiente para ello, así que me he tenido que limitar a invitar a los compañeros de esta última aventura profesional, que me ha llegado también como un premio de Final de Carrera, tanto por lo ilusionante del proyecto como por el gran equipo que lo gestiona".

Sáenz de Jubera finalizó su discurso citando el ensayo "Las posibilidades económicas de nuestros nietos", de 1928, en el que el célebre economista británico John Maynard Keynes profetiza que, "si los dioses en los que se funda la vida económica son genios del mal", ese mal "nos forzaría a todos a fingir durante otros 100 años que lo justo es malo y lo malo es justo, porque lo malo es útil y lo justo no lo es". Siguiendo este razonamiento, Keynes señala que la humanidad debería seguir hasta el año 2028 considerando "la avaricia, la usura y la cautela como vicios indispensables para sacarnos del túnel de la necesidad económica y llevarnos a la luz del día", de modo que "sólo entonces, alcanzado el bienestar general, los nietos podrían por fin entender que lo bueno es siempre mejor que lo útil".

A partir de este pronóstico, Sáenz de Jubera extrajo la siguiente conclusión: "Lamentablemente, Keynes pecó de optimista en esta profecía y a seis años vista del 2028 no parece que las reglas del funcionamiento del mundo vayan a cambiar de forma tan radical, pero siempre nos quedará la esperanza de no tener que esperar otros 100 años para que así sea".