La Noche Blanca da otro salto
La cita cultural, animada por varios conciertos, crece en asistencia: “La gente se va quitando el miedo a salir”
La Noche Blanca siempre guarda momentos especiales que sorprenden a los debutantes, como el pequeño de siete años Luis Martínez, que junto a su familia acudió al Campo Valdés para disfrutar de la música de “Travellin Brothers”, antes de visitar varias galerías. “Iremos viendo un poco sobre la marcha, nos pararemos en lo que más nos llame la atención”, comentaban sus padres, Julia Rosal y Guillermo Martínez. “Es importante que descubran desde pequeños el arte y la cultura. La Noche Blanca es un acierto”, añadían. Una treintena de actividades, repartidas en 17 emplazamientos, recibieron un goteo de visitantes constantes desde última hora de la tarde hasta casi la medianoche. “El año pasado se notó un poco más el miedo, pero ahora se ve que se va quitando ya ese temor a salir y entrar en las galerías. Y eso es clave para nosotros”, explicaba Nuria Fernández, responsable de la galería Espacio Líquido. La “normalidad” volvió.
La cita saltó en 2020 la pandemia, con medidas más restrictivas y menos afluencia. Ayer se recuperó ese aroma de antes. Aún con algún límite de asistencia, para garantizar las distancias, sí que se notó el crecimiento y la mayor participación del público. Sin olvidar esa añoranzas y ganas de disfrutar con las propuestas artísticas. No solo de los especialistas. También de los que acuden por primera vez. “Es clave captar a toda esa gente que tiene inquietud, pero que no es especialista en arte”, relataba Nuria Fernández, de Espacio Líquido. “Días así son muy importantes para atraer nuevos públicos para el resto del año”, opinaba Amador Fernández, de la Galería Cornión.
Las exposiciones fueron protagonistas. Hubo estrenos, como el de Luis Fega en Cornión, con su “Pintura gestual”. O el de Breza Cecchini, junto a su madre, Casilda Riu, en Espacio Líquido con su muestra “Dichoso aquel”, acompañada de una performance titulada “La última merienda”. “Se nota de nuevo que hay más alegría. Todo lo que vivimos es como volver a abrir una nueva etapa, es la primera vez que expongo con mi madre, es como un comienzo nuevo prestoso”, reconocía Cecchini.
La Noche Blanca permite disfrutar de una instalación de realidad aumentada en Laboral Centro de Arte, que aborda las conexiones afectivas de la población asturiana con su territorio. O anima también a descubrir los jardines históricos del Museo Evaristo Valle. Sin quitar el encanto de ver trenes históricos en marcha en el Museo Ferrocarril. Todas las propuestas tienen su hechizo. “Se hace corta la noche”, relataba Pedro Suárez, atento en el Antiguo Instituto a la explicación del artista Rafa Fernández sobre su obra “American Way”.
Pero, aunque los conciertos ya triunfaron en verano, la música demostró ayer que sigue siendo uno de los reclamos que más enganchan. Buena parte de culpa la tienen los espacios abiertos, que permiten una mayor reunión de personas. Y eso provocó que la Noche Blanca fuera una cita muy sonora. “Pancho and Lefty” amenizaron el análisis de la muestra “Agua del tiempo” en la Galería Llamazares. Cerca, también en el centro de Gijón, “Tentempié Jazz” deleitaron a los asistentes de la sala Bea Villamarín, donde hubo un espacio para una charla sobre “Secretos ocultos de la Historia del Arte”. Y “Surma” cautivó en un enclave especial, como el de la Colegiata San Juan Bautista.
Tampoco faltó en las galerías un rincón para la danza y el flamenco, que pusieron la sala a la exposición “Paisajes tautológicos” de La Salita. O para propuestas más vanguardistas como la exposición “Pot Life”, en la Galería ATM en la parroquia de Deva. La apertura del otoño recupera también el ambiente familiar. Los niños adquieren con el inicio de un nuevo curso escolar su protagonismo. No hubo magia como en anteriores ediciones en Aurora Vigil-Escalera, pero sí un taller infantil, a cargo de Olga Zeceva, de Teatro Plus. “Hay que hacerles partícipes de este día”, señalaba. En la red de museos municipales la propuesta pasaba por gymkanas especiales. “El misterio de los lienzos” fue el título con el que se bautizó la gymkana del Nicanor Piñole.
La Noche Blanca no faltó a su cita un año más con el público gijonés, con un programa amplio y atractivo. Y con un análisis también crítico de sus participantes. “Es una cita que ha crecido mucho, cada vez menos más actividades y no sé hasta que punto si llegaremos un momento en el que nos pisemos unos a otros, porque aquí el objetivo de todos es darnos a conocer. Como todo en la vida, hay que analizarlo siempre año a año”, recalcaba Amador Fernández, de Cornión. Una de las sedes de la reinventada Noche Blanca, que demostró una salud de hierro.
Breza Cecchini participó con sus cuadros y con una performance: “Se nota que hay más alegría”
Suscríbete para seguir leyendo
- La calle de Gijón donde puedes probar la cocina de medio mundo: 'Será el eje gastronómico de la ciudad
- Rodrigo Cuevas llena Laboral Centro de Arte para inaugurar su exposición
- El joven de 19 años detenido por violar a una menor de 16 en un portal de Gijón dice que las relaciones fueron consentidas
- Detenido en Gijón por violar a una menor de 16 años en un portal
- Cientos de asturianos juran bandera en Gijón dentro de los actos por el Día de las Fuerzas Armadas: 'Es un honor
- Una brutal pelea entre compañeros de piso en Gijón deja dos detenidos
- Un cañón para acertar a 18 kilómetros, una enfermería como un quirófano y muchas colas: así son los buques de la Armada que están en Gijón
- La influencer Melissa Villarreal se casa en Gijón con Eduardo Zouein