Pineda apela a la "responsabilidad" de la oposición para evitar el lastre de un 2023 sin presupuesto

R. V.

No fue un acto de fe sino de responsabilidad lo que pidió públicamente la edil de Hacienda, Marina Pineda, a los grupos municipales para que permitan que salga adelante el presupuesto de 269,3 millones que impulsa el gobierno de Ana González en su último año de mandato. Alrededor de 370 millones en el consolidado que aúna las cuentas de todas las entidades municipales. "Nos toca pedirles un ejercicio de responsabilidad para con la ciudad y con las actuaciones que hay que poner en marcha en ella", remató Pineda. La petición iba especialmente dirigida a Ciudadanos y Podemos-Equo con quien se abrió hace un tiempo un proceso de negociación política. Pineda reconoció que las peticiones de Ciudadanos, que son compromisos políticos al margen del presupuesto que supondrían cambios de criterio del gobierno sobre actuaciones comprometidas son "difíciles de asumir" y que "nos cuesta entender la posición de Podemos. El pasado día 29 me reuní con su portavoz, el 30 envié toda la documentación y a día de hoy no tengo ni una sola propuesta suya". La edil de Hacienda hizo esta petición tras reconocer que el diseño presupuestario es tan ajustado que poco queda para negociar. Las inversiones se limitan a las anualidades de las obras ya en marcha y la financiación de los proyectos con compromiso europeo a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Los gastos corrientes están ajustados al máximo y enmendar el capítulo de transferencias corrientes sería atacar a las entidades sociales que trabajan con fondos municipales y las aportaciones a las empresas municipales. Pero, en el parecer de Pineda, y así se lo quiso hacer ver a la oposición, peor que este presupuesto nuevo es tener un presupuesto prorrogado en este escenario económico. Para empezar porque la prórroga impide movilizar recursos. Por ejemplo, los tres millones de incremento de las transferencias del Estado o los alrededor de ocho millones de incrementos tributarios previstos. Otro dato que resaltó la edil de Hacienda es que las urgencias impuestas por la pandemia, la crisis energética y la subida de materiales ha dejado la hucha municipal casi a cero. De los 17 millones de remanente líquido con que se empezó 2022 quedan menos de 300.000 euros –cuando otros años oscilaba esta cifra entre 6 y 8 millones –así que para 2023 solo se contará con el remanente que salga de la liquidación del año pasado, que no se sabrá hasta el mes que viene Un dinero que, para empezar, tiene que dar para garantizar todos los convenios que no han entrado en prórroga, afrontar la subida de la luz y garantizar las aportaciones extra que necesitan Emulsa y Emtusa. "Todo esto se solucionaría con un nuevo presupuesto", sentenció Pineda.

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