Naval Gijón, entre el azul del mar y la economía azul

El desarrollo de la zona, libre ya de batallas judiciales, es la pieza clave para finalizar la regeneración de la costa, completar la expansión de El Natahoyo y promover un nuevo motor económico para la ciudad

Vista de los terrenos de Naval  Gijón. | |  ÁNGEL GONZÁLEZ

Vista de los terrenos de Naval Gijón. | | ÁNGEL GONZÁLEZ / R. Valle

Los jirones de papel de la última cartelería electoral y los borrones de viejas pintadas reivindicativas decoran el muro que rodea la fachada principal de Naval Gijón. Los restos del que fuera astillero conviven con los vecinos de los edificios barco de Poniente, el polo de atracción turística que es el Acuario y los cientos de estudiantes del Revillagigedo en un Natahoyo en plena ebullición de nuevas construcciones residenciales y equipamientos. Crear vida sobre ese suelo es uno de los retos más importantes que pretende encarar el actual equipo de gobierno. Y de los primeros sobre los que ha movido ficha la alcaldesa Carmen Moriyón tras disiparse las sombras judiciales que había sobre ese terreno.

La operación de Naval Gijón no solo permitirá completar el desarrollo de El Natahoyo. Es también un elemento clave para que la ciudad pueda rematar la regeneración de su fachada costera de este a oeste –y viceversa– a cuando en esa franja de supervivencia industrial y degradación urbanística que va del paseo de Poniente al paseo del Arbeyal. Por todo esto, y porque el plan supone crear allí un nuevo espacio productivo centrado en el impulso de la economía azul, parte del futuro de Gijón depende de lo que se haga en ese Naval Gijón con vistas al mar al que cada verano se desplazan miles de personas para disfrutar de la Semana Negra. Su único gran uso desde hace años. Pero Naval Gijón es mucho más. Tiene pasado y ahora quiere tener futuro.

Un cuarto de siglo de historia de la construcción naval gijonesa. A quienes solo les venga a la memoria una noria al pensar en esa parte de la ciudad que les quede claro que Naval Gijón era un astillero. Un heredero del pasado de un oeste gijonés centrado en la construcción naval a la que se dedicaban miles y miles de sus vecinos. Ya fuera construyendo barcos o en las industrias auxiliares. Naval Gijón Sociedad Anónima (Nagisa) se fundó en 1984 al fusionarse Marítima del Musel y del Dique de Duro Felguera. Sus grúas azules se convirtieron en un elemento más del cielo del Natahoyo. Fueron 25 años de historia –los últimos marcados por la suma de pérdidas millonarias, las movilizaciones en las calles y el paso de la gestión a Pymar (Pequeños y Medianos Astilleros Sociedad de Reconversión) controlado por el Ministerio de Industria –hasta que en junio de 2009 se oficializaba el despedido de sus últimos cuarenta trabajadores. El principio del fin de Naval Gijón comenzó en junio de 2000 cuando el armador estadounidense MTMM canceló el pedido del quimiquero "Chembulk Savannah", después de que la dirección del astillero se negara a rebajar en 800 millones de pesetas el precio del barco, por la demora en su entrega. El quebranto económico que supuso esa cancelación y la de un segundo barco para el armador, ésta efectuada por el propio astillero, ocasionó un agujero económico al astillero de Poniente del que ya no se pudo recuperar. Pero antes de todo ello, en Naval Gijón se hicieron algunos de los buques más grandes que salieron de la bahía gijonesa. ¿Ejemplos? Los quimiqueros "Siri Knutsen", en el año 2004, y "Gijón Knutsen", en el 2006.

Por la izquierda, protestas en los terrenos de Naval Gijón en noviembre de 2008; Fernando León, Javier Bardem (con casco) y González Carnero, visitando el astillero en 2009; la noria de la Semana Negra de la pasada edición,  y Carmen Moriyón y Laureano Lourido, durante su reunión el pasado 31 de julio en El Musel para tratar el desarrollo de los terrenos de Naval Gijón. | LNE / Marcos León / Juan Plaza / Ángel González

Por la izquierda, protestas en los terrenos de Naval Gijón en noviembre de 2008; Fernando León, Javier Bardem (con casco) y González Carnero, visitando el astillero en 2009; la noria de la Semana Negra de la pasada edición, y Carmen Moriyón y Laureano Lourido, durante su reunión el pasado 31 de julio en El Musel para tratar el desarrollo de los terrenos de Naval Gijón. | LNE / Marcos León / Juan Plaza / Ángel González / R. Valle

La lucha obrera que inspiró canciones y películas. A esos años de declive de Naval Gijón se vinculan también algunas de las movilizaciones más importantes desarrolladas en la ciudad en defensa del sector naval. Protestas que dejaron restos de neumáticos quemados en el suelo de las calles de El Natahoyo, humo negro sobre el cielo de toda la ciudad y fotos de enfrentamientos cara a cara entre trabajadores y antidisturbios. La repercusión de esas movilizaciones saltó las fronteras locales. Dos ejemplos. Uno musical y otro cinematográfico. "Humo, fuego en Naval Xixón/ Astilleros pasan a la acción/Compañeros, solidaridad/Son ejemplo de la lucha obrera/Ya nadie les va a parar/ Combatividad" se podía escuchar en el arranque del tema dedicado a los obreros gijoneses por el grupo madrileño "Ska-p", lanzada en el año 2000. A finales de 2002 posaban a la entrada del astillero el ahora oscarizado Javier Bardem y el director de cine Fernando León de Aranoa. Venían a dar las gracias a los ya despedidos trabajadores de Nagisa por ser inspiración de la cinta "Los lunes al sol". A su lado Cándido González Carnero que junto a Juan Manuel Martínez Morala fueron las caras más reconocibles de esa lucha desde las filas de la CSI.

Naval Gijón, entre el azul del mar y la economía azul

Naval Gijón, entre el azul del mar y la economía azul / R. Valle

El Plan General consolida el uso productivo del suelo del viejo astillero. "Se trata de transformar el espacio industrial a otros usos y a otra imagen y convertirlo en el motor del cambio para el barrio de El Natahoyo, incluso para toda la ciudad ante la inevitable tendencia de extender el centro urbano por la costa". Así se concreta el futuro de un ámbito de actuación de al algo más de 60.000 metros cuadrados de superficie bruta en la ficha del Plan General de Ordenación de 2019 que define los elementos del Plan Especial de Reforma Interior (PERI) de Gijón. Hubo mucho debate político antes de dar por buena la propuesta del PGO que apuesta por un uso productivo de ese espacio que pasaría a ser un "mini" parque tecnológico especializado en la economía azul. Eso sí, un parque físicamente abierto para que la ciudadanía pueda reconquistar la costa y con la opción de dar usos hoteleros, hosteleros y comerciales a parte de los edificios que allí se construyan. ¿Qué echaban de menos algunos de los partidos? Viviendas. La reivindicación de un uso mixto se planteaba como la única alternativa para garantizar que ese espacio tuviera vida más allá de los horarios de oficina.

Pero al final lo que quedó negro sobre blanco en el PGO fue destinar un mínimo del 80% a usos productivos vinculados a la pesca, la acuicultura, el turismo, la navegación, la biotecnología marina, las energías renovables... Siempre industrias de economía azul e industrias limpias. Luego están los usos complementarios –hotelero, hostelero, recreativo, de espectáculos y comerciales– a ubicarse únicamente en las plantas baja y primera de los bloques que allí se construyan. El desarrollo urbanístico de toda la zona incluye 11.000 metros cuadrados de viario y 15.000 de espacios verdes.

Otro dato urbanístico a tener en cuenta: el astillero está incluido dentro del Catálogo Urbanístico de Gijón como un bien de patrimonio industrial con un nivel de protección integral que se ciñe a la estructura del complejo.

Naval Gijón, entre el azul del mar y la economía azul

Naval Gijón, entre el azul del mar y la economía azul / R. Valle

La batalla judicial por hacer pisos. ¿Y por qué no se ha movido ni una piedra en Naval Gijón desde que se aprobará el PGO? Pues entre otras cosas porque Pymar en su condición de dueño de una parte de ese suelo plantó batalla –primero vía alegación y luego en los juzgados–contra esa ficha urbanística. Su reivindicación es que el Ayuntamiento diera un uso residencial y no empresarial a ese suelo. Algo que supondría elevar la factura de lo que pudiera pedir por cada metro cuadrado que se pusiese a la venta. La batalla judicial acabó el pasado mes de abril cuando el Tribunal Superior de Justicia de Asturias rechazó un recurso de casación presentado por Pymar blindando así la ficha urbanística de Naval Gijón. Pymar se las vio en los tribunales por este asunto con los antiguos trabajadores del astillero que prolongaban así esa lucha obrera de la que Naval Gijón había sido símbolo. De disparar con un gomeru en las calles para reivindicar poder construir barcos pasaron a defender en los tribunales que el espacio siguiera sirviendo para crear puestos de trabajo en esa parte de la bahía.

Un suelo a pie de mar de dos propietarios que vale muchos millones. Pymar es uno de los dos propietarios del suelo afectado por el plan especial del Naval Gijón. El otro es la Autoridad Portuaria y por eso la visita de hace unos días de la Alcaldesa al Puerto para pedir su compromiso con esta operación urbanística y económica para la ciudad. Un compromiso que le va a costar dinero a todas las partes. Empezando por el Ayuntamiento cuya actual Alcaldesa entiende que si quiere darle un empujón al plan puede que tenga que empezar por comprar el suelo. Aunque en los últimos días, y en base a otra sentencia judicial– la de la Audiencia nacional que absolvió a todos los acusados del "caso Musel"– el PSOE puso sobre la mesa otra vía de financiación para el proyecto: requerir a la Comisión Europea los 49,5 millones de euros pendientes de abonar a la Autoridad Portuaria de la ayuda del Fondo de Cohesión concedido para la ejecución de las obras de ampliación del puerto y dedicar ese dinero ahora a Naval Gijón.

De los 60.036 metros cuadrados de ese ámbito, 38.848,24 son de la Autoridad Portuaria (el 64,71%) y el resto de la patronal de los astilleros privados Pymar. La previsión del Puerto era vender el año que viene su parte e ingresar 5,20 millones. La última tasación que se hizo de todo el espacio fijó su valor en unos 8,5 millones. En 2011 Pymar llegó a valorarlos en 16 millones. Una cifra que luego se bajaría a 12 millones.

Naval Gijón, entre el azul del mar y la economía azul

Naval Gijón, entre el azul del mar y la economía azul / R. Valle

El "Plan azul" de Foro con empresas, campus del mar y zonas de ocio. Diseñar el futuro de Naval Gijón estuvo presente en todos los programas electorales –y en muchas infografías– de los candidatos a la Alcaldía de Gijón. La propuesta de quien ahora ocupa ese sillón, la forista Carmen Moriyón, se llamaba y se llama Plan Azul. Y se describía en su contrato con los gijoneses como "un polo de innovación y regeneración urbana que contempla la creación de un campus del mar, una zona dotacional lúdico-deportiva y un espacio para oficinas de empresas ligadas a la economía azul". La propuesta no es nueva. Es más bien una reformulación del "Distrito azul" que intento poner en marcha Foro durante su anterior etapa en el gobierno de la ciudad. A esa idea de uso del espacio que tienen en mente los foristas hay que sumar dos planteamientos que Moriyón y su equipo entienden que facilitaría pasar de los gráficos a la realidad: la opción de buscar financiación en Europa y la suma de fuerzas a través de la creación de un ente de colaboración público-privados que involucre tanto al Ayuntamiento como a la Autoridad Portuaria y Pymar como propietarios de ese suelo.

La pieza que hace crecer El Natahoyo, la costa y Gijón. El desarrollo de Naval Gijón no solo tiene valor en sí mismo y en la expansión de El Natahoyo. También lo tiene en cuanto da coherencia a muchos otros proyectos que se están impulsado. Proyectos como la remodelación del paseo costero entre Cimadevilla y Poniente para el que el Ayuntamiento hizo un concurso de ideas, como la ampliación del Acuario desde un plan que supone una inversión de casi 20 millones de euros y la generación de 150 empleos directos y 700 indirectos, como la regeneración en marcha del entorno del Arbeyal y Santa Olaya y como la construcción de la estación intermodal en el vecino barrio de Moreda permitiendo la recuperación urbanística de todos los suelos del plan de vías. Naval Gijón le da sentido a todo.

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