Emotiva despedida en Gijón a Fany Sanguino, una mujer "libre" que "tenía en lo social su motor y su energía"

"Si lo hubiese podido ver por un agujerín, estaría muy feliz; os quería a todos", afirma Mar Álvarez, hija de la fallecida, en el multitudinario acto de despedida

"Si lo hubiese podido ver por un agujerín, estaría muy feliz". La sala de ceremonias del tanatorio de Cabueñes acogió esta mañana el emotivo acto de despedida de Francisca Sanguino Cortés, Fany para los suyos. "Os quería a todos", afirmó mirando a los bancos repletos de amigos y familires su hija Mar Álvarez. Fue ella, junto a su hermana, Alicia, quienes oficiaron el último adiós "a una mujer libre", que tenía "en lo social su motor y su energía".

La sala de ceremonias de Cabueñes se quedó pequeña para un acto en el que, además de la familia, también hubo una nutrida representación del mundo de la cultura y la sociedad gijonesa, en los que la fallecida estaba muy involucrada. Por un lado, por parte de su marido, José Luis Álvarez, "al que mamá tanto quería", propietario de la célebre librería Paradiso de Gijón, indiscutible punto de reunión y unión de la vida cultural gijonesa. Y por otro, por el de sus hijas, Mar y Alicia, integrantes del movimiento Xixón Sound y líderes de la ya extinta "Undershakers", desde hace años al frente de "Pauline en la Playa". "Quería dos hijas famacéuticas y le salieron dos músicas", afirmaba Alicia, que dedicó unos versos a su difunta madre inspirados en la frase "Yo Asturias me la sé" de Rosario de Acuña. Recordó sus "manos, que siempre nos cuidaban"; su sociabilidad, que hacía que "con todo Dios paraba"; o su carácter y personalidad, que la hacían "una mujer libre". "Vosotras sed siempre mujeres independientes", dijo que les recordaba.

Sanguino "había sido enfermera, luego profesora de Laboratorio y luego estudió Medicina". "Le hubiera gustado se como Scully, la de 'Expediente X'", explicó casi entre risas. Originaria de la provicina de Badajoz, "decía que no era ni de Puebla de la Calzada, donde nació; ni de Madrid, donde se fue luego a vivir y conoció a mi padre; ni de Gijón, donde hizo su vida". "Ella era cósmica, decía", afirmó, antes de despedirla con un "te queremos infinito" y fundirse en un abrazo con su hermana.

Para terminar, en la sala de ceremonias del tanatorio sonó "Hallelujah" de Leonard Cohen, que como ya había dicho su hija antes, era, junto a Bruce Springsteen y Nick Cave, uno de sus cantantes favoritos. Lágrimas y una sonora ovación dieron el último adiós a Fany Sanguino.

Además de hijas y marido, Sanguino deja tres nietos -Leo, Xana y Mael-, hermanos, sobrinos e hijos políticos, entre los que se encuentra David Guardado, gestor de proyectos en el departamento de Contenidos y Producto de Prensa Ibérica, al que pertenece LA NUEVA ESPAÑA.

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