Valoración retrospectiva de la evolución del covid

Jaime Torner Gracia

Jaime Torner Gracia

El libro "El virus interminable" del profesor Miguel Sebastián analiza la evolución del covid según las estrategias usadas, distinguiendo una "reactiva" a sus efectos de otra "predictiva" para adelantarse a ellos.

En la reactiva, procedía contener la movilidad del territorio, generar vacunas para lograr la "inmunidad de rebaño" y agentes antivirales para convivir con el virus.

En la predictiva, procedía reducir el contagio de portadores asintomáticos, buscando el virus en aguas fecales, acotando zonas afectadas con cribados masivos de "test PCR" e indicando cuarentenas en hoteles "Arca de Noé" a casos positivos asintomáticos. Esta estrategia creada por 20 científicos dirigidos por el doctor Cesar Carballo careció de eco informativo o aceptación por la autoridad sanitaria.

Además, la estrategia de covid-0 liderada por China con estricto confinamiento del ciudadano no pudo alargarse indefinidamente por su enorme perjuicio económico y rechazo cívico. Simultáneamente, pretender una "inmunidad de rebaño" eficaz (70% de población) resultó una falacia porque el virus mutaba constantemente y surgieron casos reinfectados (que habían pasado la enfermedad) o casos nuevos ya vacunados, por deficiente inmunidad natural o inducida, respectivamente.

Obviamente, conjugar salud y economía resultó complejo porque era difícil reactivar

la economía con incertidumbre sanitaria. Probablemente, por ello, los actuales partes oficiales de contagio son esporádicos y sólo contemplan personas mayores de 60 años; registrándose cifras más bajas por menor virulencia del covid y efectuarse menos test diagnósticos (por fatiga ciudadana): Según el Instituto Carlos III, el pasado 27 de enero se registraron 58 casos/100.000 habitantes y una semana después fueron 45 casos, cifras consideradas como aceptables.

Dicho lo cual, el Ministerio de Sanidad derogó la obligación de llevar mascarillas en transportes públicos (desde el 7 de febrero) porque la situación epidemiológica parecía controlada. No obstante, según lo comentado previamente, la retirada de mascarillas por sectores de actividad (como transportes) y no por áreas de población (analizando aguas fecales 15 días antes del aumento de casos), podía reactivar el covid si surgían otras variantes de Omicron y, por eso, la Junta de Andalucía o ciertos epidemiólogos consideraron que la medida era prematura. Sin embargo, transcurridos dos meses de su implantación, la tasa nacional de contagios ha registrado mínimas oscilaciones (no valorables), constando 56 casos/100.000 habitantes en el comunicado del 7 de abril.

En definitiva, la disposición de retirar las mascarillas en el transporte público no ha repercutido negativamente sobre la evolución del covid y se ha afianzado la deseada "nueva normalidad" con aceptables tasas de contagio. Sin embargo, preventivamente, quizás sería recomendable mantener mascarillas en medios de transporte masificados hasta disponer ampliamente de antivirales eficaces o lograr la erradicación del virus.

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