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La comodidad del HUCA dispara el uso de las urgencias, con 800 pacientes más al mes

El centro sanitario cumple un año con 31.000 ingresos y 18.000 operaciones l Radiodiagnóstico y anestesia, los servicios más conflictivos en el nuevo periodo

La comodidad del HUCA dispara el uso de las urgencias, con 800 pacientes más al mes

La última moda entre los trabajadores del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) consiste en llevar la cuenta, mediante una aplicación de teléfono móvil, de cuántos pasos han caminado cada día. El pasado jueves, a eso de las tres de la tarde, un médico anunciaba a un grupo de colegas que llevaba acumulados cinco mil y pico pasos. "A ver qué hago con esta fascitis plantar, que cuesta mucho curarla", lamentaba. El hecho puede parecer anecdótico, pero tal vez sea síntoma de un cuadro clínico complejo que ahora, con motivo del primer aniversario del nuevo HUCA, conviene analizar con calma.

Cientos de miles de usuarios. El Hospital Universitario Central de Asturias cumple un año de andadura el próximo domingo, día 14. En estos doce meses ha registrado 31.500 ingresos, casi 18.000 operaciones, 506.000 consultas externas y más de 131.000 urgencias. Son cifras de un transatlántico, de lo que sin duda constituye, recurriendo al tópico, el buque-insignia de la sanidad asturiana. Un transatlántico, desde el punto de vista arquitectónico, de los más bellos del mundo, que sin duda enorgullece a muchos asturianos y ha logrado satisfacer las demandas de buena parte de sus usuarios. Pero el transatlántico navega por aguas turbulentas.

Mucha tecnología, mucha desmotivación. Notabilísima es la dotación tecnológica del HUCA, pero enrarecido es el ambiente entre buena parte de los profesionales de todos los estamentos. Y hablar de trabajadores en el HUCA no es asunto menor: significa gestionar a unos 5.500 empleados, de cualificaciones diversísimas, que van desde el médico con prestigio nacional, o incluso internacional, hasta la pieza más anónima de un engranaje al que el usuario exige perfección, porque sus buenos impuestos le ha costado construirlo y le cuesta mantenerlo. Una plantilla encuadrada, para lo bueno y para lo malo, en un régimen estatutario (aún más blindado que el funcionarial) legendariamente incapaz de premiar a los mejores y poner en su sitio a los vagos e incompetentes, que de todo hay. Incapaz, en definitiva, de generar la motivación que muchos profesionales, con más o menos razón, reclaman.

Tiempo al tiempo... "En tres o cuatro años, este hospital va a estar al máximo nivel", afirmaba el gerente del HUCA, Manuel Matallanas, en una entrevista publicada en este periódico el pasado domingo: "Con carácter general, los asturianos han ganado, y lo que han ganado está por desarrollarse en más de un 80 por ciento. Lo verán en los próximos años".

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