Vaquero

El ingreso del periodista en el Real Instituto de Estudios Asturianos

Fernando Granda

Fernando Granda

Pasaba las mañanas enviando sus crónicas. Eran los años setenta del pasado siglo, otros tiempos. Justo García, en su cabina de recepción, recogía durante más de una hora cada día los textos que le leía por teléfono. Luego los distribuía por departamentos: España, Regiones, Sociedad, Cultura... Se decía en la redacción que las únicas áreas que no cubría eran Internacional y Madrid. Al día siguiente, la firma de José Manuel Vaquero aparecía en casi todas las secciones. Estaba considerado el más productivo de los corresponsales que "El País" tenía en España. Cuando viajaba a Madrid se pasaba las horas conversando, analizando, consultando la situación informativa con los responsables de las distintas áreas del periódico.

Dice que su vida periodística la desarrolló en LA NUEVA ESPAÑA, pero eso es pura modestia, es restarse méritos. Antes de echarse sobre sus hombros el diario asturiano ya llenaba las páginas del rotativo madrileño. Luego, cuando los medios de comunicación de la cadena estatal salieron a subasta, abanderó a los periodistas asturianos a conseguir que el diario de Oviedo sobreviviese y, con tesón, consiguió llevarlo a los más alto del ranking de la prensa nacional. Hoy, el periódico es el mástil de Editorial Prensa Ibérica, donde él ha ostentado los más altos cargos directivos.

Pero una vez retirado de la vida laboral no se refugió en el ostracismo, no cambió su profesión para ser "técnico, especialista en bolsa", que se ironiza entre los jubilados. Siguió interesado en los temas de la prensa, de la empresa, de la política, de la vida, lee, estudia, conversa, participa. Está al día. Lo acaba de demostrar cuando una institución del prestigio del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA) le nombró Socio de Honor. En su discurso/ensayo de recepción en una solemne sesión, "Asturias, ante dos dilemas decisivos", mostró su conocimiento de la situación social, política, económica del Principado, de España, de la sociedad española.

Tras exponer su trayectoria laboral y vital, analizó los posibles fallos habidos en nuestra sociedad y pronosticó sobre las oportunidades del futuro de la región. Vaquero, que lo ha sido todo en el periodismo español, defendió un sector de la sociedad que siempre parece estar en crisis, en renovación, en reconversión, en entredicho, la información. "Salir a la calle, ver, escuchar y relatar es la función del periodista que debe disponer de una mínima formación, una máxima curiosidad y una cierta capacidad de interpretar lo visto y escuchado para comunicarlo... Ese papel necesita la protección de los poderes públicos y una cierta sensibilidad ciudadana si queremos de verdad conquistar una sociedad más justa y con una opinión pública equilibrada y solvente capaz de resistir la presión de esa monstruosa y creciente de la mentira que pretende controlarnos comercial y políticamente".

Después de recorrer todos los ámbitos de la vida cotidiana, José Manuel Vaquero animaba a abordar/invitar a las instituciones a convocar a los asturianos a esa reconquista que debería empezar por nosotros mismos para "tomar conciencia de nuestra real situación".

"Es necesario convertir Asturias en el paraíso de los emprendedores, porque la riqueza antes de repartirla hay que crearla", señaló en su discurso (en el que recordó algunos nombres y su trayectoria como el de Francisco Rodríguez, presidente de Ilas) y mencionó una "realidad que objetivamente está perjudicando a Asturias, donde ha faltado una política coherente capaz de fomentar el nacimiento de emprendedores autóctonos y de atraer a los de fuera".

¡Qué ingenuidad la mía, mostrar quién es José Manuel Vaquero!

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