¡Pasajeros al tren!

Adif y el certificado AESF de explotación del AVE a Madrid

Juan Carlos Herrero

Juan Carlos Herrero

La revista «Vía libre» cifró en torno a setecientos ochenta y cinco mil viajeros de trenes Alvia que circulaban entre Asturias y Madrid en 2018. Aena hace público el número de pasajeros, un millón y medio en 2022, que utilizaron el aeropuerto de Asturias. Aena tiene un servicio propio de bomberos, Adif no parece.

Viendo el extraordinario despliegue del reciente simulacro de accidente ferroviario en la variante Pajares, vertiente asturiana, poco hay que añadir de cara a la galería, salvo algún matiz profesional que eleve aún más la seguridad para los pasajeros y a la vez rescatistas.

Cara a la galería es donde se adentran los servicios de emergencia en uno de los túneles AVE «más largos del mundo», veinticinco kilómetros de galería. Con esta singularidad, y pese a contar con un diseño vial confinado de lo más avanzado tecnológicamente, Adif debería contar con un equipo propio de rescate de primera intervención, bomberos al cambio en Aena

En octubre de 2004 la Asociación de Bomberos de Asturias celebraba los 25 años de su fundación con unas jornadas de incendios en túneles; Renfe, Feve, Ministerio de Fomento, Escuela de Ingenieros Industriales, Consejería de Justicia y un plantel excelente abordó lo que ahora trata de alcanzar Adif, la excelencia en seguridad en los túneles ferroviarios de Asturias.

Razonando la isócrona, tiempo de respuesta desde que se activa la alarma en el simulacro, 10:42 a.m., hay que matizar el «humo denso en el último vehículo y numerosos heridos» del aviso, y cómo se accionan los extractores, operación de lo más importante para intervenir con garantías.

En esas jornadas de 2004 fue imprescindible el asesoramiento de la Brigada de Salvamento Minero, fuente de inspiración en el uso de equipos de respiración de circuito cerrado, que les permite adentrarse a lo más profundo de una mina con presencia de humo, inviable con un equipo de respiración cuya autonomía en condiciones normales apenas alcanza los treinta minutos. Entre salidas de emergencias hay quinientos metros, son muchos.

Las declaraciones del responsable de seguridad de Adif tras el simulacro dejan cierta inquietud, dubitativo frente a los medios: «iremos a la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria, AESF, a intentar que nos concedan el plan de autoprotección y expidan el certificado». A ver, no se lo van negar.

Es decir, Adif requiere a cientos de profesionales y cuerpos de seguridad con alta cualificación, dependientes en su mayoría de otros organismos, para que den el visto bueno a la explotación de la línea férrea que incluye mercancías, ojo al dato, pero parece no tenerlo claro.

Ese certificado que pretende Adif es propio de un establecimiento en el que los servicios de seguridad, los de la casa, son capaces de ir en primera línea dirigiendo a los equipos externos hacia el interior del túnel inundado de humo, es imprescindible y obligado.

Esto es, Adif debería crear su propio equipo de bomberos, caso contrario asumir la formación permanente en la activación del plan exterior de emergencias de la Variante para el conjunto de los asistentes al simulacro, en su caso asumir los costes de su participación.

Sin ese compromiso no debería haber certificado, pues no está bien externalizar la seguridad cuando los beneficios se quedan en casa y las plantillas de los servicios de emergencia están mermadas frente a los nuevos riesgos.

Suscríbete para seguir leyendo