Un millón

No mee en el garaje

Javier Cuervo

Javier Cuervo

He visto en varios garajes privados carteles contra los usuarios que mean en sus instalaciones. Hay personas que hacen de la necesidad, marranada. Nos iguala que todo el mundo ensucia cuando mea y caga y nos diferencia dónde lo hacemos. Fue imperioso para la civilización encontrar lugares para hacer algo que en la naturaleza no ocupaba lugar. La naturaleza es espléndida; la urbanización, sabia. Así tenemos menos pestes y plagas.

El olor a orina en un espacio oscuro y mal ventilado da asco. Lo toleramos mal en un váter de bar, nada en un garaje. Es exigible que nadie mee en el garaje, aunque sean comprensibles ocasiones de extrema necesidad de hacer las necesidades porque se viene de un atasco de tráfico o se ha llegado a la segunda edad de la incontinencia.

Supongamos que es un problema inevitable y que hay que solucionarlo como comunidad. La derecha conservadora propondrá instalar cámaras de seguridad para descubrir y castigar a los meones; la izquierda, construir un váter para la comunidad, y los liberales, subcontratar una empresa de servicios higiénicos que haga el mantenimiento de ese váter. La extrema derecha argumentará que los vecinos, por estar cerca de casa, nunca serán los que meen y que hay que echar a los de fuera, pero la parte de extrema derecha que alquila plazas de garaje lo impedirá en nombre de la libertad (de mercado, no de mear). El nacionalista defenderá el uso exclusivo para propietarios de plaza y vivienda, aunque quienes más lo necesiten sean los alquilados, que están más lejos de un mingitorio. La nueva izquierda debatirá, sin solución, si ha de haber un baño unisex, dos baños (uno de ellos sin esquinas de violencia arquitectónica, bien iluminado y muy separado del otro) o si habrá que construir tres servicios por orientación sexual y ampliarlo a seis para personas de distintas identidades de género con diversidad funcional. El vecino sondado se negará a pagar la derrama de un servicio que no necesita.

Todo es político, no solo es mollar lo de comer y no merece la pena polarizarse.

Al fondo a la derecha.

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