Estrasburgo: ¿cálculo, cabreo o soledad?
La Europa unida, difícil patria en eterna formación, con un alma habitada por espantosos demonios familiares dentro de un grueso y pesado cuerpo burocrático, es, desde su misma creación, un entramado de pactos, consensos, cesiones, sonrisas de ocasión y encuentros a mitad de camino, en cuyo núcleo está un reparto de juego entre populares y socialistas. Que Sánchez, en los últimos compases como Presidente de turno, optara por romper la baraja con un golpe verbal de inusitada dureza al líder parlamentario del PP europeo solo se "explicaría" como primer y discutible spot de campaña cara a unas elecciones europeas centradas en la amenaza de la extrema derecha. Sería, con todo, más preocupante como simple ramalazo de rabia, o, más todavía, como fruto de un tipo de soledad política resultado de no pedir consejo antes de actuar, sin que nadie se atreva tampoco a darlo por si acaso.
Suscríbete para seguir leyendo
- El Madrid gana contra su voluntad
- Un calentón puede gripar el motor
- En todo caso, una irresponsabilidad
- La Corredoria, punto neurálgico para Asturias y para Oviedo
- El caso del señor enamoradito
- Días para reflexionar
- Una nueva entrega de Parando en Villalpando: Cuando Sali bloqueó a Javi
- La visita del médico Sánchez