Opinión | Sol y sombra

Sánchez, punto y seguido

La primera pregunta que habría que hacerse es cómo puede el mismo tunante engañar a tantos tantas veces. No conozco la respuesta, posiblemente esté en la propia historia universal del fraude. Hay tipos que se pasan la vida burlando a los demás cuando parece imposible hacerlo tras haber perseverado en ello. El caso es que Pedro Sánchez ha consumado una vez más la farsa y metido al país en un nuevo falso enredo adolescente para sonrojo dentro y fuera de España. Ha pretendido colar la imagen de un hombre enamorado y decidido a renunciar para en cinco días estrictamente calculados comparecer sin preguntas, amenazarnos con un siniestro "punto y aparte" e iniciar una ofensiva contra los medios de comunicación y los jueces. Él lo llama "regeneración", pero pueden utilizar la palabra limpieza, algo que viniendo de quien viene debería ponernos en guardia. En cinco días calculados de impostura sentimentaloide y electoralista, con un apoyo igual de histérico que de insuficiente por parte de los suyos en las calles, los Sánchez-Gómez han pasado de una aparente depresión a venirse arriba como los Kirchner en sus mejores tiempos.

Algunos "desalmados" poco compasivos no nos creímos el sainete porque el paño es suficientemente conocido y un cocodrilo no tiene la piel tan fina como el presidente del Gobierno intentó dar a entender en su epístola a los españoles, publicada en esas redes sociales que él mismo equipara con los medios críticos hacia su gestión cuando se refiere a la famosa "máquina del fango". Más débil que nunca quiere aparentar fortaleza anunciando medidas sin concretarlas, pero ha podido perder hasta la credibilidad que no tenía. El político que no ha parado hasta ahora de mentir se lamenta de los bulos mientras sigue empeñado en deformar la realidad intentando meter en un mismo saco el insulto de cualquier exaltado y el periodismo. El que no ha dejado de dividir a los españoles y de enturbiar las instituciones, habla de fango y regeneración. Allá ellos, quienes le sigan la corriente

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