Opinión

Enrique Junceda en la medicina asturiana

Recuerdo en el vigésimo quinto aniversario del fallecimiento del médico y escritor

Carmen Junceda Moreno es ofatalmóloga

He estudiado Medicina en la Universidad de Oviedo y me hice oculista entre León y Gijón, aunque llevo ya muchos años trabajando en mi ciudad. Al empezar mi carrera quería dedicarme a la ginecología, pero al llegar el momento de especializarme opté por la oftalmología, creo que influida por el trabajo de mi abuelo, de mi padre y de mi hermano, los tres oculistas. Mi tío Enrique fue mi profesor en la facultad. Toda mi vida he convivido con él y le he oído hablar, en público y en algunas tertulias familiares que no puedo ni quiero olvidar. También he podido conocerlo mejor por lo que otros han comentado o escrito de su vida y de su obra.

En una entrevista aparecida en LA NUEVA ESPAÑA el 28 de julio de 1982 Juan de Lillo hace un buen retrato del ser humano y del ginecólogo, y en el libro del RIDEA "El humanismo médico en el Real Instituto" se resume lo principal de su vida como escritor; en mi casa, además, tengo lo que considero lo más importante de sus publicaciones, que son varias decenas de artículos y más de una docena de libros. En 1964 publicó "El saber ginecológico del Padre Feijoo", y de él se destaca siempre su discurso de ingreso en el RIDEA sobre el antiguo hospicio y sus estudios de etnografía medica; aunque yo releo con frecuencia sus tres ensayos históricos sobre la ginecología y vida íntima de las reinas de España, cuya información y el talento para hacerlos asequibles a cualquier lector me resultan admirables.

En 1971 saca a la luz una de sus obras de mayor éxito y más reconocida por sus compañeros de profesión, "Diagnóstico en obstetricia y ginecología", prologada por Botella Llusiá. Ha dejado en diferentes revistas toco-ginecológicas nacionales y extranjeras más de cien artículos. Fue Jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital General de Asturias (1962-63) y desde 1972 Jefe del Departamento de Ginecología de la Ciudad Sanitaria de Oviedo; ejerció como profesor de Deontología médica y como Titular de la asignatura de Ginecología.

En octubre de 1981 fue nombrado director del Hospital Materno-infantil, del que fue impulsor de su creación y dotación inicial. Afirmaba que "uno se dedica a esta especialidad por razones de simple agradecimiento a la mujer, por lo que representa en la vida del individuo", advirtiendo ya hace más de veinte años que "la masificación de la medicina limita la ginecología integral, meticulosa, profunda, que exige dedicación y tiempo". Creía que "tanto el feminismo como el machismo están un poco desquiciados. El hombre y la mujer no pueden ser iguales porque biológicamente son distintos; la problemática tiene que ser distinta". Aunque defendía que "no habría que tolerar discriminaciones de trabajo y retribución hacia la mujer".

Fue Académico Correspondiente de las reales academias de medicina de Cádiz (1961) y de Tenerife (1971), y de Número de la Asturias y León (1974). Falleció a los 72 años en la mañana del miércoles 12 de mayo de 1999 tras una indisposición que sufría desde días antes.

Enrique Junceda Avello ha sido una persona, un escritor y un profesional que merece ser recordado, y este aniversario de su fallecimiento es un buen momento para elogiar sus méritos y dejar en esta nota mi agradecimiento como sobrina, como alumna y por haberme servido como referencia en el ejercicio de la medicina.

Suscríbete para seguir leyendo