En mis últimos artículos hablaba de mis padres y la Cuevona de cuevas.

Hoy voy a recordar a mi bisabuelo Ramón Pendás, fundador del "Picu Ramonón". Era un hombre alto y fuerte, le llamaban a sus espaldas "Ramonón" debido a su corpulencia física.

Construyó una casa en el "Picu", de ahí la evolución natural "Picu de Ramón" a "Picu de Ramonón", hasta llegar a la denominación actual "Picu Ramonón".

Joven emigro a Cuba, hizo fortuna y volvió como indiano triunfador.

Conoció a mi bisabuela llamada también Ramona, muy guapa pero analfabeta, bueno en la transacciones comerciales en "reales" no la engañaba nadie, pues poseía una gran capacidad matemática.

La historia de amor entre Ramón y Ramona es curiosa. Ella bella, pero aldeana total, un día regreso a casa de sus padres llevando una carga de hierba, toda sucia y mojada. Dijo que iba a visitar a sus abuelos que estaban enfermos. Esa era la coartada perfecta planificada con antelación entre ambos por fugarse a Cuba.

En Ribadesella tomaron el coche de caballos de "canosa" que les traslado hasta Llanes (era su ruta), posteriores cambios de carruajes los llevaron a la bella Santander.

Aquí tomaron el barco que los traslado hasta La Habana.

Ramón al llegar a Cuba, le compró ropa adecuada y la presentó en sociedad.

Un amigo suyo al ver la belleza de Ramona le dijo que creía que se había equivocado de mujer, pues además era mas joven que él. Lo mismo decían de mi cuando salía con la bella e intelectual Victoria.

Ambas mujeres, Ramona y Victoria, esta última tuvo un noviazgo de doce años con el que escribe y un feliz matrimonio de veinticinco años, hasta que Dios se la llevo a su seno. Me dio mi querido Gonza, el cual se parece en muchas cosas a su bella (por fuera y por dentro) madre.

La familia de Ramona al enterarse de la fuga, sin estar casados, se indignó. Decía que les había deshonrado, que no se atrevían a ir al mercado semanal los miércoles a Ribadesella por el "que dirán". Eran los valores imperantes en época. Ramona en Cuba estaba en un mundo totalmente desconocido para ella, no tenia que trabajar y económicamente navegaba en la abundancia.

Sus familiares le escriban a Cuba, insultándola y hablándole de la deshonra de la familia.

Las cartas las tenía que leer Ramón, pues como he dicho Ramona era analfabeta. La engañaba y solo le leía lo bueno y algo inventando por él mismo.

Al principio Ramona tragaba las mentiras, pero con su inteligencia pronto empezó a sospechar. Le comento a su compañero que le contara la verdad. Lo hizo y quedo muy deprimida durante varios días.

Le comento a Ramón que ellos estaban en la opulencia y sus padres no tenían casi para comer.

Volvemos al tema del reparto de la riqueza. (Rouseau y Tomás Moro) convenció a su compañero Ramón para que les mandara a su familia algo de dinero, pues las necesidades eran elevadas.

Así se hizo, pero la carta posterior fue muy dura, pues su familia le decía que con dinero no se compra la honra de la familia.

Antes de tener el primer hijo, ambos enamorados se casaron por la Iglesia Católica en Cuba.

Al saber este hecho, las cartas de la familia de Ramona fueron menos agresivas.

Posteriormente la pareja decide regresar a Ribadesella. Existía ese problema con la familia de Ramona. Pero el indiano, buen negociador, busca la forma de limar asperezas y decide hacer unos buenos regalos a todos.

Así Ramona fue perdonada y considerada la hermana de siempre, que no había muerto.

La pareja residió primero en Ardines. Aquí Ramonón hizo una casa moderna e instado la luz, "eléctrica".

Consistía en una caldera en la que se introducía el carburo cálcico, el cual se hidrataba y producía el gas acetileno, que por unas tuberías iba a todos los lugares de la casa. Con la cerilla pertinente se iniciaba la combustión de dicho gas y la iluminación de toda la casa.

Mi bisabuelo utilizaba para mejorar su calidad de vida, la física y la química, imprescindibles en el mundo con la ayuda de las matemáticas.

Ramonón era "abogau de caleyes" por la gran cantidad de juicios que había tenido en la vida. Los labradores que tenían problemas, generalmente de lindes, acudían a él y los arreglaba, sin cobrarles nada.

Una vez le dijo a su esposa Ramona, que le preparara la ropa pues mañana tenia un juicio en Cangas de Onís. Ella le replicó que estaba harta de juicios. Ramonón molesto le dijo que a él también, no le gustaba cuando se ponía ese velo en la cabeza e iba a rezar y que nunca le había dicho nada.

Ramona, analfabeta, pero muy inteligente, nunca mas le reprochó nada de los juicios.

El matrimonio tuvo quince hijos. Cuando falleció Ramonón, época de la Guerra Civil española, ninguno de los varones pudo estar en el sepelio. Cosas de la triste Guerra Civil española.

Me pongo triste y casi lloroso, pero como decía el sabio de mi padre, agua pasada no mueve molino. Es verdad, lo mejor es olvidar y reconciliarnos todos como buenos hermanos que somos. El pasado, pasado está.