Fernández-Guisasola: "Las plantas eran las medicinas de las aldeas"

"Para golpes y heridas se elaboraban fórmulas magistrales con materias como aceite de oliva y cera virgen", indica el médico

Francisco Fernández-Guisasola y Carmen López, ayer, en el Club Prensa Asturiana. | Luisma Murias

Francisco Fernández-Guisasola y Carmen López, ayer, en el Club Prensa Asturiana. | Luisma Murias / M. J. Iglesias

María José Iglesias

María José Iglesias

"El curandero extraía el mal del cuerpo, el sacerdote hacía lo mismo con las oraciones, testimonio de ello son los exvotos que hay en todas las capillas de Asturias". Así lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA Francisco Fernández-Guisasola Muñiz, doctor en Medicina y Cirugía, que habló de la medicina popular en Asturias y de los usos de plantas como remedio natural en los distintos concejos de la región.

"Las plantas eran las medicinas en las aldeas y pueblos, fáciles de encontrar y utilizar", indicó el médico, que participó en el ciclo anual de conferencias de la Sociedad Protectora de La Balesquida y fue presentado por Carmen López, directiva de la entidad.

El sauce, el fresco, el apio, el avellano, son algunas de las especies vegetales presentes en Asturias que se empleaban para aliviar males como la fiebre. El vino, la sidra y el orujo caliente se utilizaban para "sudar la gripe" o los catarros, tal como señaló Fernández-Guisasola, que tampoco olvidó hablar de la omnipresente cirigüeña, tan utilizada que incluso dio lugar a refranes como el que dice: "la cirigüeña de todos los males se adueña". "El zumo de la planta también se bebía", señaló el doctor.

En el concejo de Aller se elaboraba un peculiar jarabe para el catarro con higos, vino blanco, naranja, manzana y azúcar. En este municipio, al igual que Cangas de Onís, también se empleaba una cataplasma de saúco para aliviar el dolor de muelas. En muchos concejos se usaban además cataplasmas de malva y de romero.

Para los golpes y heridas se realizaban fórmulas magistrales, como la mezcla de aceite de oliva, sebo de carnero y cera virgen, tal como explicó Fernández-Guisasola. Para la piel, la planta mas usada era la cebolla, sola o mezclada con otras, y siempre caliente, tal como señaló el médico.

A Francisco Fernández-Guisasola (Oviedo, 1959), un dolor de espalda de su madre, le hizo descubrir la acupuntura y las medicinas alternativas. Estudió acupuntura y homeopatía en las universidades de Valladolid y Zaragoza.

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