Francisco Uría: «César sería hoy todo un ‘influencer’, y también un gran político»

«Admiraba a Alejandro Magno y quiso emularle», señala el jurista, que indaga en un libro en la personalidad del militar, que llegó a gobernar Roma

Por la izquierda, Ángel García Prieto, Francisco Uría y Pedro Luis Trabajo, ayer, en el Club Prensa Asturiana. |  Luisma Murias

Por la izquierda, Ángel García Prieto, Francisco Uría y Pedro Luis Trabajo, ayer, en el Club Prensa Asturiana. | Luisma Murias / M. J. Iglesias

María José Iglesias

María José Iglesias

Cuando César cruzó el Rubicón sabía que iba de cabeza a una guerra civil entre romanos, pero quería el poder y ese era el camino. El ambicioso militar que llegó a gobernar Roma forjó su plan desde la infancia. Quiso ser como Alejandro Magno y siempre estuvo convencido de que tendría un elevado destino. El jurista y escritor Francisco Uría, (Alicante 1965), licenciado y doctor en Derecho, abogado del Estado en excedencia y responsable global en una firma internacional de servicios profesionales, lo dejó ayer muy claro en el Club Prensa Asturiana: «César sería hoy todo un ‘influencer’, y también un gran político».

«Julio César fue muy buen gobernante, abolió las instituciones republicanas y quitó poder al Senado; era capaz de cortar las manos a los galos y de perdonar la vida a sus mayores enemigos. Es un personaje complejo, interesante y fascinante, si no hubiera tenido un ego superlativo no habría sobrevivido», asegura Uría, que acaba de publicar «Julio César, el arte de la política» (Almuzara), un libro en el que indaga en la personalidad del César que fue a las Galias se entrenó y capacitó en Hispania. «La romanización avanzó gracias a César y la dinastía de emperadores hispanos surgió y se consolidó gracias a él», señaló el autor, que estuvo acompañado por los psiquiatras y escritores Ángel García Prieto y Pedro Luis Trabajo. «Julio César fue un adelantado a su tiempo, dejó una huella indeleble en el escenario político y social de la antigua Roma. Sus dotes para la estrategia, brillantez intelectual y habilidad oratoria lo convirtieron en una figura única», aseguró Ángel García Prieto, que también destacó la importancia que tuvo Hispania en su formación. «El libro muestra cómo su búsqueda implacable de poder, su populismo inicial y su genio militar marcaron un antes y un después en la historia política», aseguró Pedro Luis Trabajo, que resaltó la personalidad altamente egocéntrica del general que en realidad, fue un propagandista de sí mismo, y también reivindicó la vigencia de las humanidades.

«Julio César quería que los romanos sintiesen que él había sido llamado por el destino para dirigir Roma, pero como no venía de una familia rica y necesitaba dinero y hombres para sus campañas, lo pedía prestado o ideaba mil formas de conseguirlo, como ir a las Galias», recalcó Uría, que también insistió en la rivalidad que enfrentó al militar con Pompeyo, su gran enemigo. «Al final es un personaje que admite una lectura moderna. Fue a las Galias a conseguir recursos y quería gloria militar para igualarse a Pompeyo, su competidor. Necesitaba un ejército leal y lo encontró en la Galia», remarcó el autor. «Hay algo en César que lo hace diferente y lo acerca a los políticos modernos como Napoleón o Lincoln», añadió el abogado

«Reflexionar sobre el pasado nos conduce al futuro, el mundo romano sigue teniendo éxito», señaló el doctor Trabajo en referencia al hombre que personificó y anticipó las virtudes y los vicios del político moderno. «Aunque hayan pasado siglos, el legado de César ejerce un marcado influjo en el mundo contemporáneo», concluyó Francisco Uría.

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