Así está "Castañito", el caballo que se pegó un "castañazo" en la cabalgata de Reyes de Oviedo

El equino, que sufrió una caída en el desfile que terminó arrastrando a otro animal al suelo, está en casa y en perfectas condiciones

La carroza de Melchor, en la calle del Águila, tirada por una cuarta de caballos del Centro Ecuestre «El Centauro».

La carroza de Melchor, en la calle del Águila, tirada por una cuarta de caballos del Centro Ecuestre «El Centauro». / Irma Collín

Una caída nunca dio tanto que hablar. El resbalón que sufrió "Castañito", uno de los caballos de tiro que lideraba la cuarta que arrastraba la carroza del Rey Baltasar, no sufrió ninguna lesión y descansa en casa, en Tudela de Duero (Valladolid), tras los servicios prestados a Sus Majestades de Oriente. Su compañero "Tordito", que desfilaba a su derecha y que terminó sobre las baldosas de la calle Eusebio González Abascal al ser arrastrado por él, también está sano en su correspondiente box. Así lo confirman desde el Centro Ecuestre "El Centauro", que revisó el estado de salud del caballo a la salida de Valladolid, a su llegada a Oviedo y, de nuevo, antes de su regreso a la provincia castellana.

"Está perfectamente y sin ningún problema, ya allí lo estaba", explica el dueño de la instalación, Javier García. El empresario relata que el veterinario municipal se desplazó a La Losa, evaluó a todos los caballos, los vio cargar y estaban todos en "perfectas condiciones". "Cuando llegaron a Valladolid Eduardo Bertoletti (su veterinario) los descargó y todo en orden". El facultativo del Ayuntamiento de Oviedo que los examinó, Daniel Alonso, ratifica la historia: "Lo vi después de la caída, estaba genial y aplomaba bien. De hecho, lo subí yo mismo al camión".

"Castañito", sano y salvo de su "castañazo"

"Castañito", en su box, en Tudela de Duero. / Irma Collín

"Castañito" es un caballo de raza española, de 8 años de edad, "sano, manso y bien cuidado". "Hace servicio público y está acostumbrado a la gente y al movimiento, no se pone nervioso", cuenta García. Al igual que los once compañeros con los que llegó a Oviedo para formar las cuartas que tiraron de las carrozas de Melchor, Gaspar y Baltasar en un enorme trailer de 17 metros y capacidad de 25 toneladas. Ventilados y cada uno en su compartimento, tras solventar la complicada burocracia. "Siempre van con supervisión veterinaria, documentación, pasaportes, seguros", especifica.

Un total de 24 trabajadores acompañaron a los equinos, dos por animal. Los descargaron la misma mañana del día 5 en La Losa y los "mimaron" para la Cabalgata. "Los cuidamos, los bañamos, deslumbra el brillo del pelaje. Les pusimos herraduras de goma para que no resbalaran. Nadie puede cuestionar su estado. Vivimos por y para ellos", afirma el director del centro y sexta generación de una familia dedicada a los caballos, que añade que viven "extraordinariamente" en sus boxes con tres comidas al día y limpieza constante. "Están de categoría".

En la foto grande, la carroza de Melchor, en la calle del Águila, tirada por una cuarta de caballos del Centro Ecuestre «El Centauro».  Debajo, a la izquierda, «Castañito», en su box, en Tudela de Duero. Arriba, en primer término, «Tordito», con «Castañito» detrás, en la plaza de la Catedral. | |  I. COLLÍN

"Tordito", con "Castañito" detrás, en la plaza de la Catedral. / Irma Collín

Los animales de García viven "a caballo" entre Valladolid y Andalucía, especialmente Sevilla, donde tiran, en ocasiones, de las calesas. También participan en la Feria de Abril, el Rocío y alguna que otra cabalgata, como en Oviedo, siendo domados desde potrillos para tirar de carros. Es una labor que se hace paulatinamente y lleva tiempo. Al principio se ramalea al animal –operación de manejo para enseñarle a ser guiado con la cabezada y el ronzal sin resistencia– y luego se les van enganchando, poco a poco, los arreos sobre el cuerpo. "Después comienzan a arrastrar una rueda de goma o una traviesa y, cuando están preparados para tirar del coche, se les engancha en un carro de doma", explica el dueño de la explotación ecuestre. Se trata de un vehículo muy ligero y con ruedas de aire, con el que empiezan a caminar por el campo y, cuando están listos, se les lleva a la ciudad. "Están perfectamente adaptados a ella, son unos profesionales", detalla, dando un dato sorprendente: aunque no distinguen los colores, son capaces de saber cuándo parar y avanzar en base a los cambios de los semáforos. "Si hay luz arriba, el rojo, paran. Si está abajo, verde, es cuando tiran".

Respecto al incidente, García le resta importancia, ya que "cayó aguanieve" y que se resbale una persona o un caballo es algo "que puede pasar". "Se levantaron sin problema y haciendo bien las cosas, con cariño y esmero", apunta, detallando a renglón seguido el proceso: soltar los tiros, levantar a los caballos y reengancharlos para que la cuarta siga "con naturalidad", ya que no se negaron a seguir tirando y no mostraban lesiones. Eso sí, achaca a las redes sociales hacer una bola de nieve de una anécdota: "Hoy en día las redes disparan, cuatro lo reparten y un millón son los que lo leen".

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