Manos Unidas combate la pobreza climática

La ONG inicia una nueva campaña en la que refuerza la capacidad de los seres humanos como "la única especie que puede cambiar el planeta"

Ana Vázquez Prada, a la izquierda, junto a Encarnita Fernández. |  Luisma Murias

Ana Vázquez Prada, a la izquierda, junto a Encarnita Fernández. | Luisma Murias / Elena San Emeterio

Manos Unidas lanza una nueva campaña en defensa de los "descartados climáticos", es decir, para ayudar a "aquellos que son más vulnerables a la variación y los efectos cambiantes del clima, pese a ser los que menos han contribuido a él". Bajo el lema "la única especie capaz de cambiar el planeta", en referencia a los humanos, la organización quiere concienciar acerca de la importancia del cambio climático y la problemática derivada del mismo que, a día de hoy, ya afecta a millones de personas, perjudicando incluso sus derechos más básicos como son el de acceso a fuentes de alimento, el agua potable o a la salud básica.

"Al volver a España desde lugares como Mali, República Democrática del Congo o Costa de Marfil valoras mucho más recursos que deberían ser básicos como el agua, la electricidad o la calefacción", explica Encarnita Fernández García, una monja misionera y voluntaria de Manos Unidas desde hace más de tres lustros. Pasó diecisiete años de su vida en el continente africano trabajando para ayudar a los más desfavorecidos y más de la mitad de ellos colaborando junto a Manos Unidas. Una vida consagrada a "ayudar a quien lo necesita", porque aunque "Dios es todopoderoso, no es mágico" y es labor de las personas "combatir el daño que hacen otras personas", opina Fernández, tras su paso por el continente africano.

"Había que caminar mucho para conseguir agua y esa agua era insalubre, teníamos que colarla y hervirla, ese era el sistema para hacerla potable", explica esta hermana granadina que reside en Oviedo desde hace poco más de un año. Además, para higienizarse se bañaban en "un barreño cuya agua después se reutilizaba para otras tareas como fregar", prosigue. Sin embargo, la situación "poco a poco cambió", gracias a los proyectos financiados por Manos Unidas. "Conocí la organización a través de un proyecto para crear un centro médico en Mali", cuenta Encarnita Fernández. Si bien es cierto que es necesario rellenar "bastante papeleo" a la hora de presentar un proyecto y justificar su relevancia, el fin es "asegurar que el dinero llega", resalta Ana Vázquez Prada, voluntaria de la ONG desde hace unos quince años.

Y la campaña "El efecto de ser humano", que coincide con el 65.º aniversario de Manos Unidas, sigue esos criterios de "fiabilidad y transparencia" por los que se rige la organización, dice Vázquez-Prada. Para que se garanticen estos principios cada año se encarga una auditoría que compruebe las cuentas de la organización, esta última a cargo de Espaudit Gabinete de Auditoría.

"Con ‘El efecto de ser humano’ se quiere hacer que la gente reflexione sobre la desigualdad, porque es cierto que aquí, en España, también hay pobreza, pero allí hay miseria y las personas son los únicos seres capaces de cambiar el planeta", expone Vázquez-Prada que, al mismo tiempo agradece que "en Asturias hay mucha gente buena y generosa" y destaca "la enorme suerte" que ello supone.

La campaña, que ya tiene difusión en redes sociales por medio de vídeos y documentales sobre la situación en el continente africano, arrancará el próximo viernes, día 9 de febrero, con el "ayuno voluntario" en el que se ingiere menos cantidad de alimentos en una de las comidas de día y se dona el equivalente a lo ayunado. Se puede hacer bien de forma individual, "cada uno en su casa" o bien de forma colectiva puesto que "algunas parroquias de la ciudad lo organizan, yo misma fui el año pasado", indica la voluntaria. Además, el sábado 10 habrá una misa en la Catedral que dará comienzo a las 16.30 horas.

Al hambre, la pobreza y la precariedad sanitaria y educativa, se suman ahora las consecuencias derivadas del cambio climático, que no afectan por igual a todas las personas ni a todas las regiones del planeta. Una problemática de gran importancia, ante la que Manos Unidas propone "crear un hogar, donde poder renacer y prosperar".

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