Otra mina para el coleccionista: mudanza de minerales de la escuela de Minas al Calatrava

El Certamen de minerales, gemas y fósiles trata de adaptarse al Calatrava tras 32 años en Independencia: "Teníamos mucho cariño al edificio", dicen los expositores

Visitantes durante el primer día del Certamen de minerales, gemas y fósiles en el Calatrava.

Visitantes durante el primer día del Certamen de minerales, gemas y fósiles en el Calatrava. / Irma Collín

El leonés José Vicente Casado, también conocido como el "Cazameteoritos", siente un poco de nostalgia. Después de tres décadas asistiendo anualmente al Certamen de minerales, gemas y fósiles de Oviedo, que siempre se celebró en la Escuela de Minas, todavía no acaba de acostumbrarse al nuevo emplazamiento. La decisión de la Universidad de llevar los estudios al campus de Mieres ha provocado que la cita se traslade al Palacio de Congresos del edificio de Calatrava, un cambio que genera incertidumbre entre los expositores. "Aquí somos casi todos veteranos y ya le teníamos mucho cariño a la Escuela de Minas, que es un sitio céntrico y con mucho encanto. La verdad es que se echa de menos, pero esperamos que la gente acuda al certamen como siempre y cerrar un fin de semana con buenas ventas", señala José Vicente Casado.

Arriba, el leonés José Vicente Casado, con el meteorito de Ribbek, en su puesto de la feria que se celebra este fin de semana en el Calatrava. A la derecha, Luis Miguel Rodríguez muestra una pirrotina rusa junto al expositor asturiano Diego García. | Irma Collín

Luis Miguel Rodríguez muestra una pirrotina rusa junto al expositor asturiano Diego García. | Irma Collín / Irma Collín

La feria, que lleva 33 años celebrándose en Oviedo y se prolongará hasta mañana, también ha cambiado de organizadores. Hasta el año 2023 todo corría a cargo de los responsables de la Escuela de Minas, pero ahora son los integrantes del Grupo Coleccionista Minero Investigador (Grucomi), en colaboración con el Ayuntamiento, los que llevan las riendas. Por lo demás, poco ha cambiado. Como viene ocurriendo a lo largo de las últimas ediciones, todo aquel que visite el Calatrava puede llevarse a su casa desde la muela de un mamut fosilizado hasta una garra de dinosaurio pasando por un diamante o un diente de un oso de las cavernas. "La verdad es que la calidad de los expositores se mantiene intacta. La mayoría son veteranos de todos los años y son expertos en la materia", explica Pelayo Álvarez, que es secretario de Grucomi.

Pero aunque sean veteranos, los expositores siempre se traen novedades a Oviedo. José Vicente Casado, por ejemplo, tiene en su puesto un meteorito de Ribbek, que es una pieza muy preciada. "Cayó muy cerca de Berlín el 21 de enero de este año. Cuando se detectó en el espacio tenía el tamaño de un balón de playa, pero al entrar en contacto con la atmósfera se rompió en pequeños fragmentos". El que tiene a la venta el "Cazameteoritos" pesa 1,4 gramos y cuesta 2.800 euros. "Cuando se formó el sistema solar todo era gas y polvo y este tipo de meteoritos son de los primeros cuerpos que se solidificaron. Estamos hablando del origen de todo", presume.

Fernando Villa, de Guadalajara, es uno de los expositores que repiten año tras año en Oviedo y también echa de menos la Escuela de Minas. "Era un sitio muy céntrico y con mucho trajín de gente", asegura mientras enseña el fósil de un diente de megalodón, el tiburón gigante que dominaba los mares hace millones de años. Félix Ángel Gómez, un gallego afincado en Francia, recorre el mundo de feria en feria, pero también lleva muchos años sin perderse la de Oviedo. "Las ventas han bajado en general en todos los lados, pero la verdad es que aquí vienen muchos coleccionistas", señala el hombre, que tiene todo tipo de minerales, como fluorita, vanadinita, azurita o minerales de Panasqueira.

Otra mina para el coleccionista

el leonés José Vicente Casado, con el meteorito de Ribbek, en su puesto de la feria que se celebra este fin de semana en el Calatrava. / Félix Vallina

A pesar de ser el primer día de feria y de haber cambiado de ubicación, hubo bastante afluencia de público. Uno de los visitantes fue el director del Museo de Geología de la Universidad de Oviedo, Luis Miguel Rodríguez. "Hay piezas de todo el mundo, merece la pena pasarse por aquí, te puedes echar el día", señala Rodríguez, al que le sorprendió especialmente una pirrotina rusa del vendedor asturiano Diego García. "Vivo en Madrid, pero soy de aquí y llevo diez años viniendo. Muchos de los clientes son coleccionistas que ya saben que vamos a estar y vienen a tiro fijo. Nos esperan todo el año", señala García, que tiene a la venta una olmiita de Suráfrica o una astrofilita de Sibera.

Dos de esos coleccionistas son Carlos Fernández y su hijo Rubén, que llegan desde el Bierzo. "Esto es un vicio. Tenemos alrededor de 2.000 minerales cristalizados diferentes y buscamos piezas que puedan estar mejor estéticamente, lo que hay aquí lo tenemos todo. Lo que no tenemos es la fabada", bromea Carlos Fernández. Otro fijo de la feria de Oviedo es Fernando García, estudiante de Minas. "Vengo desde los seis años. Me aficioné a coleccionar fósiles y minerales tras ver un capítulo de Doraemon", señala. Eduardo Marreiro, que es de Gran Canaria y estudia un máster de Recursos Minerales en Oviedo estaba ayer en su salsa. "Me lo llevaría todo", asegura.

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