Pasos en el Campo San Francisco que cambian vidas en Kenia

El colegio La Milagrosa celebra una multitudinaria carrera que recauda fondos para tres niñas africanas becadas por el centro

Alumnos y  profesores de La  Milagrosa corren en el Campo SanFrancisco.

Alumnos y profesores de La Milagrosa corren en el Campo SanFrancisco. / Irma Collín

Juventud, carreras y ambiente festivo. Era el panorama que presentaba el paseo del Bombé, en el campo San Francisco, ayer por la mañana. El colegio La Milagrosa celebró la tercera edición de su carrera solidaria y esta vez lo hizo a lo grande, congregando a más de 700 personas al trote. Entre ellas, alumnos de 3 a 16 años, profesores y colaboradores. Todos con el mismo objetivo, recaudar fondos para Inmaculada, Angelina y María Isabel, tres niñas que el centro tiene becadas en Kenia. Con las donaciones y la venta de camisetas recaudaron el año pasado 2.000 euros. "Este año con la que hemos montado aquí vamos a por mucho más", calcula Paula Muñiz, la profesora de La Milagrosa que se encarga de organizar el evento.

La cita contó con invitados muy especiales. El Real Oviedo estuvo presente con su embajador Carlos Muñoz, con la presidenta del equipo femenino, María Suárez; y con la futbolista Nerea Sánchez. Pero el más aclamado por los pequeños fue "Garra", la mascota azul, que se dio un baño de masas en el campo. Junto al oso se fotografiaron también un grupo de jóvenes canadienses, que participaron en la carrera por medio de la Fundación del club carbayón. Pero los verdaderos protagonistas fueron los niños, que se encargaron de presentar, con unas tablas impropias de su edad, el acto. Las carreras se prolongaron durante una hora: primero con la salida de los pequeños y después con los mayores.

Alumnos y  profesores de La  Milagrosa corren en el Campo SanFrancisco. | Irma Collín

Un grupo de jóvenes canadienses de la Fundación Real Oviedo posa con «Garra», la mascota del club. / Irma Collín

Tras muchos bailes al ritmo de Chayanne, Aitana o Álvaro Soler y aprovechando la representación oviedista, alguno de los pequeños demostró sus habilidades atléticas. Aunque el objetivo estaba claro: arrimar el hombro. Lo hicieron con más ganas aún tras recibir las cartas de sus compañeras africanas, que les agradecieron su apoyo para transformar su educación. "¡Vamos a correr para conseguir un mundo mejor!", exclamaba Muñiz, contenta con el resultado del acto. Apuntó que si se consigue más dinero, irá para la construcción y arreglo del hospital de El Chad. Tanto allí como en Guinea, las Hijas de la Caridad se encargarán de que las donaciones lleguen a buen puerto.