Carlos Nores: "Los puertos asturianos tuvieron una gran tradición ballenera"

"Debemos lograr rentabilizar ese pasado ofreciéndolo como recurso turístico en los puertos, como los vascos", propone el zoólogo

Por la izquierda, Virginia Gil, Carlos Nores y Miguel Ángel Álvarez.

Por la izquierda, Virginia Gil, Carlos Nores y Miguel Ángel Álvarez. / Miki López

M. J. I.

Los puertos asturianos custodian un intenso pasado ballenero. Los imponentes cetáceos surcaban las aguas de la región entre los meses de septiembre y abril. La cala de la Entrellusa, al abrigo del islote del mismo nombre, en Perlora (Carreño), es uno de los referentes históricos más importantes del pasado ballenero asturiano y alberga la más antigua documentación sobre la caza de la ballena en las costas asturianas. Los siguientes puertos en contar con actividad fueron los de Luarca, Toranda, Tazones y, en el siglo XIV, Antromero.

Lo relató ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA Carlos Nores, zoólogo, coordinador de la Unidad de Conservación y Gestión de Fauna Silvestre de Indurot y profesor de la Facultad de Biología de la Universidad de Oviedo, que ofreció una conferencia sobre el pasado ballenero de Asturias, dentro del ciclo "Historia y cultura naval de Asturias", de Tribuna Ciudadana. Nores, a quien presentó Miguel Ángel Álvarez, ecólogo y exdirector de Indurot, abogó por lograr que Asturias ocupe el lugar que le corresponde dentro de la historia de esa actividad ballenera, nacida en el golfo de Vizcaya, desde donde se fue expandiendo hacia el oeste.

Casas de ballenas

"Llevo mucho tiempo luchando por recuperar la historia ballenera de Asturias como reclamo turístico para los puertos en los que se desarrolló la actividad. Luarca podría hermanarse con la Península de Valdés en Argentina, lugar de observación de ballenas; una vez se lo propuse a un alcalde", explicó el profesor. Nores mencionó las "casas de las ballenas", lugares específicos de los puertos donde se guardaban los aparejos y grandes ollas para reservar la mole de grasa que luego se convertía en aceite, el producto más lucrativo de los cetáceos. A partir de las primeras décadas del siglo XVI existen referencias sobre las actividades balleneras. Durante la centuria siguiente comenzaron a escasear las capturas, lo que determinó el abandono definitivo en los primeros años del siglo XVIII. En los documentos aparecen mencionados la mayoría de los puertos en donde se practicó esta actividad. De oriente a occidente figura: Llanes, Ribadesella, Lastres, Gijón, Candás, Luanco, Cudillero, San Pedro (Bocamar), Luarca, Puerto de Vega, Viavélez y Tapia de Casariego.

El lunes, a las 19.30h.: Masarnau y las Conferencias de San Vicente de Paúl, el lunes, en el Club

Manuel Buergo, presidente nacional de la Sociedad de San Vicente de Paúl, hablará el lunes, a las 19.30 horas, de la fascinante vida de Santiago de Masarnau, pianista y compositor, que hace 175 años fundó en París las Conferencias de San Vicente de Paúl, congregación laica cuya función era ayudar a los pobres. Le acompañará el sacerdote José María Hevia, canónigo de la Catedral.