La Borriquilla, en clave de sol

Oviedo se acostó cofrade y se levantó de Semana Santa, en Domingo de Ramos. La procesión de La Borriquilla dio ayer por la mañana el pistoletazo de salida a las devociones de la Pascua ovetense en la iglesia de San Pedro de los Arcos con un soleado día como brillante aliado. El paso, que representa la entrada de Jesús en Jerusalén montado en un asno, salió del templo de Ciudad Naranco y lució palmas y nuevas melodías por las calles del barrio. Una nutrida comitiva acompañó al séquito religioso, que, en su parada reglamentaria ante las escalinatas que encaminan hacia San Pedro para ponerse de cara a la ciudad, aprovechó para rendir un pequeño homenaje. El honor recayó en el director de la Unión Musical del Principado, el maestro Jesús Alberto Pacheco, al que la hermandad agradeció las composiciones musicales que ha realizado para sonar en su paso.

"Por procesionar con nosotros y enriquecer con esta joya el patrimonio de nuestra cofradía". Así reconoció el hermano mayor de La Borriquilla, Luis Ángel García, el trabajo de Pacheco en la parada en las escaleras de San Pedro de Los Arcos, en el comienzo de la calle Tito Bustillo. A su lado, el músico, encantado con las palabras. A su alrededor decenas de cofrades, ciudadanos, porteadores: delante, un trono que bailó al son de sus partituras.

El director de orquesta recibió un diploma dedicado a su persona y a la Unión Musical del Principado, que bajo sus indicaciones dio color musical al trayecto de La Borriquilla. El acto se saldó con la entrega del libreto con la partitura, titulada "Saludo a Oviedo".

Tras la pausa, llegó el momento solemne, cuando Jesús está en ciernes de saludar a la capital de Asturias. En el instante en el que los portadores cargaron de nuevo el paso, la banda de música comenzó a interpretar la composición de Pacheco, una marcha lenta, que marcó el ritmo del giro. "Iniciamos la Semana Santa con alegría, igual que los portadores que han hecho que hoy salga Jesús", dijo el hermano mayor de La Borriquilla antes de que el paso recuperase el sentido de la marcha para completar la mitad de recorrido restante.

En la previa al inicio de la estación de penitencia, el párroco de San Pedro de los Arcos, Hilario Paz, realizó la tradicional bendición de ramos y palmas con la misma alegría y buen humor que marcó la jornada. Decenas de personas se congregaron para recibir la consagración ante la explanada de la iglesia.

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