Juan Manuel Buergo: "Masarnau buscó la justicia social, su mensaje sigue vivo"

"Somos un bálsamo en la herida del caído, no curamos, pero tenemos que influir para buscar esa justicia social que buscó Santiago de Masarnau". Lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA Juan Manuel Buergo, presidente en España de las Conferencias de San Vicente de Paúl, la entidad que Masarnau, compositor y reconocido pianista, conoció en París y fundó en España. Con motivo del 175.º aniversario de la llegada de las Conferencias a España, la Catedral de Oviedo acoge esta tarde, a las 20.30 horas, un concierto de piano y órgano, con obras del artista madrileño, considerado un niño prodigio en su tiempo.

"Para Masarnau, la música era un arte divino; ese chispazo que sintió en la iglesia de Loreto, en París, le hizo ingresar en las Conferencias, y cuando vino a España en 1845 le animaron a fundar un grupo", explicó Buergo, que estuvo acompañado por José María Hevia, sacerdote y canónigo de la Catedral.

"La caridad del Señor nos urge". Esta consigna tomada de la Segunda carta de San Pablo a la Iglesia de Corintio era el lema preferido de Masarnau, "un hombre de gran altura cultural", tal como señaló Hevia, que no olvidó ensalzar la labor realizada en Asturias por las Hijas de la Caridad, fundadas por San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac. La Orden llegó a Oviedo en el siglo XIX para hacerse cargo del Hospicio Provincial, en las dependencias del actual hotel Reconquista. Una de las obras de las Hermanas en la ciudad fue el colegio de la Milagrosa, que abrió en 1896, con dos religiosas y clase de párvulos. Las monjas también atienden la Cocina Económica.

"El voluntariado es un reto para nosotros, es la manera de contagiar alegría a jóvenes que no saben qué hacer con su vida. El mensaje de las Conferencias está más vivo que nunca", recalcó José María Hevia. "Las Conferencias son grupos de fe y de amor desde los que tratamos de llevar ayuda a través del conocimiento de los demás; es una labor muy gratificante", resaltó María Elvira García.

Masarnau conoció en París al beato Federico Ozanam, precursor de la Doctrina Social de la Iglesia. El músico, que llegó a inspirar a Chopin el "Grande Valse Brillante en mi bemol mayor", era muy amigo "de Argüelles, de Eugenio Donoso Cortés, Lagasca, Larra, Martínez de la Rosa y Espronceda", que también formaron parte de las Conferencias, subrayó Juan Manuel Buergo. En 2021, el Papa aprobó el decreto que reconoce las "virtudes heroicas" de Masarnau, primer paso en el proceso de beatificación.