"Daddy Long Legs" y la Muestra de Folclore de Uviéu

El punto de encuentro entre una banda de blues y la música tradicional asturiana

Javier Antuña

Javier Antuña

Serán muchos los que piensen que resulta extemporánea la relación entre la banda neoyorkina Daddy Long Legs, encuadrada dentro del blues-punk, y la remozada, y parece que últimamente exitosa, artísticamente hablando, Muestra de Folclore de Uviéu. Pero, a poco que escarbemos en el repertorio de su última actuación asturiana en la ovetense sala Gong Galaxy Club, dentro del programa de conciertos del ciclo Ciudad Sonora, nos encontraremos con uno de los mayores tesoros del folk universal: el blues. Podemos ponerle los adjetivos y añadidos que queramos a su música: rock enérgico, garaje, punk…, pero la esencia, la base, el alma de su actividad sónica, que en los directos alcanza unos paroxismos inenarrables –las palabras apenas pueden reflejar por completo tal experiencia– es ese género que nació en el sur de los EE UU y que conforma uno de los pilares de la música popular –ahora bautizada por algunos como urbana– de buena parte del siglo XX y lo que vamos del XXI.

Llegados a este punto serán muchos más los que entonces se pregunten qué relación puede existir entre el blues y el folclore asturiano. La respuesta es clara, y aunque podía remitirme a los trabajos discográficos de excelso dúo asturiano de fusión "L-R", baste decir que el blues como atávica, pero con progresiva evolución estilística en el tiempo, manifestación de los sentimientos de una comunidad, emparenta con nuestra tradición sonora en tanto que también ancestral, y por desgracia en ocasiones menor progresión evolución estilística, manifestación de nuestros sentimientos. Vale, otros muchos dirán que esa relación es aplicable al blues, y por ejemplo, al folclore polaco. Puede que sí, pero ahora estamos hablando de folclore asturiano, y ya hemos visto –mejor oído– que en Asturies la mezcla de blues y sonoridades folkies de raíz astur es posible y, para muchos, más que deseable. Y además, vuelvo a insistir, da muy buenos réditos artísticos.

"Daddy Long Legs" nunca actuaran ni en el festival de folk de Uviéu, ni en ningún otro, allende nuestras fronteras, de tal naturaleza. Por desgracia, tampoco los programarán en ningún festival de jazz. Craso error. Sin blues –ni por supuesto góspel– no hay jazz. Cómo tampoco habrá buen folclore sin pasión y vehemencia, ya saben el atavismo de un pueblo, y de eso, pasión y vehemencia, los "Daddy Long Legs" van sobrados.

Nos hemos, o algunos se han acostumbrado, por desgracia, a los compartimentos estancos musicales, y al final pasa lo que pasa: músicos con una técnica envidiable que facturan auténticos "churros" sonoros por falta de su poca cultura musical. Y no hablo de gustos, sino de aspectos objetivos, si es que en este ámbito ello es posible al cien por cien. Hablo de músicos que creen que con unas simples y pobres "pinceladas" de fusión, producto de su escaso bagaje de amplias audiciones, creen haber descubierto el maná de Apolo.

Lo dicho, "Daddy Long Legs" es tan folclore como lo pueden ser, por ejemplo, los mierenses "Algaire". Para muchos practicantes / seguidores del folclore astur esta formación neoyorquina les pasará inadvertida. ¡Una pena! Y eso que ya han tocado, que al menos recuerde, media docena de veces en nuestra tierra. Pero no nos engañemos, como para otros muchos seguidores de los sonidos garajeros de nuestra región "L-R" serán por siempre unos completos desconocidos. ¡Otra, auténtica, pena! Los que fuimos bendecidos / abducidos el pasado jueves por el febril e intenso blues, con también reminiscencias góspel, de Daddy Long Legs, no debemos olvidar que en la raíz se encuentra el germen de la evolución de todo tipo de música. Con nuestro rico folclore, y amplitud de miras, se pueden conseguir, algunos paisanos y paisanas nuestras ya lo han hecho de manera sobresaliente, buenos resultados musicales. Los organizadores de festivales y conciertos pueden ayudar a ello. Por favor, tomen nota.

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