Más que un penalti, una liberación: el golpeo de Bastón que definió el derbi

La perfecta ejecución del delantero ante Cuéllar tumbó los fantasmas del penalti fallado en Ponferrada y estrenó su cuenta en los derbis

Bastón celebra su gol de penalti con Viti y Luismi. | Irma Collín

Bastón celebra su gol de penalti con Viti y Luismi. | Irma Collín / Nacho Azparren

Nacho Azparren

Nacho Azparren

Las escenas tenían su paralelismo, aunque la trascendencia de los choques, en lo emocional, era muy diferente. En Ponferrada, el lanzamiento, aunque firme, se fue a las nubes. Tocaba recuperarse, atravesar esa travesía de un par de días con el ánimo bajo para encarar el siguiente reto. En realidad, nada que no hubiera experimentado antes Borja Bastón, trayectoria curtida en los campos de fútbol. Ante el Sporting llegó ese momento deseado. El de resarcirse. Otra cita con el punto de penalti, con el que vive una relación de amor y odio desde que llegara a Oviedo: los lanzamientos desde los once metros le han ayudado a engordar sus cifras goleadoras pero también le han traído disgustos marcados, como aquel marrado ante el Zaragoza con el play-off de ascenso en juego. Contra el Sporting, en el día señalado, en el partido más caliente, tocó fiesta.

Cuéllar le susurró algunas palabras al oído antes del lanzamiento para medir su nerviosismo. Habían compartido entrenamientos y confidencias en Leganés. Eso podía darle algo de ventaja al portero.

Pero Bastón no dudó. "Viví el penalti con tranquilidad porque tenía claro dónde tenía que lanzarlo", explicó al final del encuentro. Carrera larga, perfilado hacia la izquierda, con un Tartiere que contenía el aliento hasta esperar el resultado, golpeo duro y balón directo a la red, cerca de la escuadra derecha de la meta defendida por Cuéllar. Imparable. A la ejecución le siguió una carrera contenida hacia un Fondo Norte incandescente y un gesto señalando el escudo del Real Oviedo. También había algo de rabia por las frases que desde el lado rojiblanco, entendían en el vestuario azul, había calentado el duelo. Bastón había emergido como el hombre del derbi, el que anotaba el tanto que dejaría otro triunfo del lado azul. El más festejado por la hinchada.

Al final del choque, el capitán del Oviedo reconoció los nervios que habían rodeado al enfrentamiento. La enorme carga emocional que se había vivido durante todo el día se liberó con los tres silbidos finales. Bastón respiró aliviado con otro derbi para el bolsillo, el primero en el que logra anotar ante el rival en su tercera cita. En su primer derbi, él tuvo la oportunidad de sentenciar al Sporting con 1-0 en el luminoso, pero la definición se fue arriba. Acabó igualando Djuka. En el segundo, se quedó a centímetros de engatillar el gol que Berrocal introdujo en su propia portería en otro triunfo de los carbayones. Ahora sí, a la tercera, el delantero sintió en su piel lo que significa golear ante el eterno rival.

La temporada no ha sido sencilla hasta este punto de la temporada para Bastón. El curso significó desde el verano, apagados los rumores de una posible salida por la apuesta junto a Pachuca, un paso adelante en el escalafón, porta el brazalete habitualmente, y con un cargo de tanta responsabilidad le tocó lidiar con los malos resultados deportivos que acabaron llevándose por delante a Bolo. Una campaña que ilusionaba no tardó en convertirse en pesadilla. De soñar con el ascenso a temer por los puestos bajos.

A Borja también le costó arrancar. No anotó su primer tanto en jugada (penaltis al margen) hasta la octava jornada, un gesto amargo: intrascendente diana en la derrota 1-3 frente al Cartagena. Pero, poco a poco, ha ido engordando sus cifras. Tanto que, con 8 goles, solo hay dos futbolistas en Segunda con más aciertos: Uzuni, con 11; y Raúl García, con 9.

Contando la Copa, Bastón acumula 10 goles al cierre de la primera vuelta. La temporada pasada llevaba a estas alturas 11, y acabó con 22 como Pichichi de la categoría. Ha sido con Cervera cuando ha afilado su olfato. El Oviedo de Cervera ha marcado 11 goles en 11 partidos, contando la Copa. Bastón ha sido el autor de 7.

Ayer, al delantero, como al resto del equipo, le tocó descansar. Con sus padres en casa (el sábado había sido el cumpleaños de su madre), tocó vida familiar, curar las heridas de la batalla del derbi y recuperarse para la última cita del año, la que enfrenta al Oviedo con el Granada el jueves en el Carlos Tartiere en la segunda ronda de la Copa del Rey.

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