"No va a parar hasta volver a ser quien era": el coach de Camarasa da las claves de su recuperación

El asturiano Juan Carlos Campillo alaba al medio del Oviedo: ""Alguna vez me ha dicho: ‘A mí no me pesa el partido; pero lo que quiero es encontrarme a mí mismo’»

Camarasa, en un entrenamiento del Oviedo. | Real Oviedo

Camarasa, en un entrenamiento del Oviedo. | Real Oviedo / Nacho AzparrenNacho Azparren

Nacho AzparrenNacho Azparren

A Víctor Camarasa los ligamentos de su rodilla le tendieron una trampa en agosto de 2020. Un golpe duro que, con el tendón rotuliano como cómplice, le sacaron durante tres años del primer plano futbolístico. De pronto, el mundo por el que tanto había luchado se desmoronó. Desde entonces, el ahora jugador del Oviedo lucha por volver. Por sentirse otra vez futbolista. Todo el mundo mira con prudencia a sus rodillas y él se muestra con desparpajo en el campo, como si la herida hubiera cicatrizado y no quedara ninguna secuela. Pero, ¿y qué pasa con la cabeza? ¿Cómo encara un joven acostumbrado al éxito y los halagos un periodo tan largo en el ostracismo? Juan Carlos Campillo, reconocido coach asturiano que trabaja con Camarasa, tiene algunas respuestas: "Es un gran profesional y tiene ambición por recuperar su nivel. Y eso es clave. Diría que Víctor no va a parar hasta volver a ser quien era".

Campillo tiene una dilatada experiencia trabajando con deportistas de diversa índole. Como la campeona de bádminton Carolina Martín, el entrenador Julen Lopetegui o el exoviedista Michu. También desarrolló varias sesiones hace cuatro años con el conjunto azul. A Camarasa llegó a través de Cristian Tello, íntimo del medio cuando aún estaba en el Betis. Y la relación se intensificó cuando llegó a Oviedo.

"Se merece todo lo bueno que le pase porque se lo curra y tiene claro lo que quiere. Decidió venir a Asturias a pesar de contar con el interés de equipos de Primera porque creía que en Oviedo tendría las oportunidades que necesitaba", explica el coach.

En plena vorágine de lesiones, el propio futbolista comentó la sombra que planea por la cabeza de cualquier deportista castigado por las molestias: "Llegaba a casa de entrenar y me quedaba media hora en el coche diciendo ‘no puedo’". Campillo corrobora ese miedo: "De todas las situaciones, la de las lesiones es la más complicada de tratar en un deportista".

Así que, desde el fichaje por el Oviedo, Campillo y Camarasa trabajan una vez a la semana, por videollamada, y ejercitan la mente, porque el cerebro es un músculo que hay que desarrollar.

Las visualizaciones

Una de las prácticas preferidas del coach son las visualizaciones. "Se trata de reproducir en la cabeza un buen momento, uno especial, y tratar de proyectar esa imagen", expone Campillo. Esa es la base del trabajo. Luego llega el anclaje. Este surge cuando hay alguna sensación negativa, o algo que bloquea al deportista. Entonces, hay una palabra o un gesto, el anclaje, que traerá al futbolista la visualización hecha con anterioridad. "Por ejemplo, pongamos que tiene unas molestias físicas en un entrenamiento que le preocupan, unas dentro de la normalidad. El jugador recurrirá al anclaje previamente establecido, por ejemplo subirse las medias, para volver a conectar con la visualización que había hecho previamente", relata el coach.

La ayuda de Campillo no es la única para el centrocampista, que cuenta con un preparador físico personal y un nutricionista que le asesora. Incluso tiene un tatuador de su confianza que viaja a verle cuando el futbolista quiere grabarse un nuevo motivo en su piel.

La recuperación del valenciano va por el buen camino. Físicamente se le ve entero, el sábado completó casi 3 años después los 90 minutos de un partido. Y en el plano mental, Campillo mantiene toda la confianza en su pupilo: "Es un tipo muy seguro, con una confianza enorme en sus condiciones. Alguna vez me ha dicho: ‘A mí no me pesa el partido; pero lo que quiero es encontrarme a mí mismo’".

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