"Nicotiana": culpable de 54.000 muertes en un año

El Estado español recauda unos 9.000 millones de euros por la venta de tabaco; sin embargo, la nicotina cuesta al sistema sanitario unos 27.000 millones

"Nicotiana": culpable de 54.000 muertes en un año

"Nicotiana": culpable de 54.000 muertes en un año

Yolanda Calero

Yolanda Calero

Culpable del fallecimiento de 54.000 españoles en el año 2022. La mitad de estas muertes se debieron a un cáncer. El resto se reparte entre la enfermedad cardiovascular (27 por ciento) y la respiratoria (23 por ciento).

Repasemos cómo el culpable de tanta muerte y sufrimiento ha llegado tan lejos.

El consumo de tabaco, obtenido de la planta "Nicotiana Tabacum", originaria del altiplano andino, se remonta al periodo precolombino, unos 5.000 años a. C. Su uso estaba limitado a unos pocos "elegidos" que lo hacían en ceremonias y rituales de carácter litúrgico. A través de este uso cultural asociado a lo religioso su cultivo fue extendiéndose por el continente americano y sus islas bajo en nombre inicial de cohibá.

Con la llegada de Colón y el catolicismo a las Américas, el tabaco se asocia a una conducta diabólica (¡qué buena intuición!), porque "sólo el diablo podía dar a un hombre el poder de sacar humo por la boca". Es un miembro de la tripulación de Cristóbal Colón, Rodrigo de Jerez, quien en los albores del siglo XVI tiene la mala ocurrencia de traer la planta de tabaco a España, lo que se conoce como "la venganza del Indio".

En 1518, un misionero español, Romano Ponce, envía semillas de la planta al emperador Carlos V, y los frailes establecen así los primeros cultivos de tabaco en recintos cerrados de las huertas del convento. Eran los denominados estancos. ¿Les resulta familiar el nombre?

Estamos en 1560 y Jean Nicot de Villemain ofrece el tabaco a Catalina de Médicis, adjudicándole la propiedad de calmar sus migrañas. A través de la influencia de esta noble dama, el tabaco se introduce en las cortes europeas, siendo consumida por las élites en forma de polvo (rapé) inhalado por la nariz. El rapé francés hace furor entre las clases nobles europeas provocando ridículos estornudos, mientras que las clases bajas lo fumaban con sus hojas enrolladas en forma de cigarros puros.

En el siglo XVIII, el botánico Adam Lonitzer, en recuerdo a Nicot, pone el nombre de "Nicotiana" a la planta. Su consumo sigue siendo minoritario, pero la planta ya se encuentra extendida por todos los continentes. Su elaboración sigue siendo artesanal, aunque se inicia la fabricación preindustrial, como muestran varias ciudades españolas: Gijón, Sevilla, Zaragoza...

Es en el siglo XVIII cuando se produce un hecho muy relevante, la revolución industrial, que conlleva la producción masiva y el abaratamiento de los costes de fabricación. En 1881 se patenta la primera máquina de cigarrillos, capaz de producir 120.000 unidades diariamente.

Si a esto se une la influencia del romanticismo, que puso de moda el fumar cigarrillos, tenemos como resultado un grandísimo negocio que hace accesible el consumo de tabaco a todas las clases sociales.

Fumar se convierte en un acto habitual entre los hombres tras la Primera Guerra Mundial, y entre las mujeres tras la Segunda.

Debemos esperar a 1938 para conocer el primer documento publicado por Raymond Pearl, profesor de Higiene y Salud Pública en la Universidad Johns Hopkins, que asocia fumar cigarrillos con el acortamiento de la vida.

En 1929, Fritz Lickint, médico alemán, publica un estudio –que pasó inadvertido hasta hace unos años– en el que demuestra que fumar es la causa principal de cáncer de pulmón y se asocia con el desarrollo de cáncer gástrico. Además, Lickint es el primero en identificar el efecto dañino del humo del tabaco en los fumadores pasivos.

La ciencia continúa estudiando los efectos del tabaquismo y, en 1948, Ernest Wynder, en EE UU, y Richard Doll y Bradford Hill, en Inglaterra, confirman que el tabaco causa cáncer de pulmón y, además, acrecienta la mortalidad de los fumadores por otras enfermedades.

Pero... ¿qué ocurre mientras tanto con el grandísimo negocio de las tabaqueras? ¿Cómo reaccionan ante la evidencia de que el tabaco es culpable de las muertes y daños para la salud de millones de seres humanos en todo el mundo?

Estas grandes corporaciones todopoderosas actúan negando la mayor e invierten miles de millones de dólares en publicidad directa e indirecta mostrando que fumar es emocionante, glamuroso y prácticamente inocuo. Y, para minimizar el "posible leve daño a la salud", a finales de los felices 60 popularizan dos cosas: el consumo de cigarrillos con filtro y los cigarrillos light, transmitiendo a los consumidores una falsa sensación de seguridad.

Hasta 1971 no se firma el primer acuerdo para que las tabaqueras incluyan alertas en los paquetes de cigarrillos sobre el daño a la salud, y los estados aprovechan a aumentar los impuestos sobre el tabaco justificando razones de salud. Un dato sobre este punto que habla por sí mismo: en España, el Estado recauda en números redondos unos 9.000 millones de euros por la venta de tabaco. Sin embargo, se estima que el coste que el tabaco origina al sistema sanitario es de unos 27.000 millones de euros.

Hasta 2001 no se publica la directiva del Parlamento Europeo prohibiendo el uso de la etiqueta "light". No cabe duda de que la industria del tabaco es creativa e innovadora. El tabaco llega a los videojuegos, a la televisión y al cine. Invade el mundo. En la actualidad, además, rentabiliza y hace gala de la tecnología creando una novedosa forma de consumo: el vaporeo, más conocido por el termino inglés "vaping". Los cigarrillos electrónicos (e-cigarrillos) se nos muestran como inofensivos, limpios, fáciles de conseguir y de usar...

Sólo un par de datos: aunque algunas marcas de e-cigarrillos indican no tener nicotina, estudios de organizaciones de consumidores han descubierto lo contrario. Los "vapes saludables", al no llevar nicotina, evaden las regulaciones y, aunque no se conoce aun su efecto a largo plazo, sí se sabe que la exposición a corto plazo de algunos de sus componentes puede dañar los pulmones.

Por último, no conviene olvidar que los vapeadores tienen como objetivo iniciar y/o mantener la adicción para que, más tarde que temprano, el consumidor se convierta en fumador habitual.

Llegados hasta aquí, y sabiendo que el tabaco es culpable de la aparición de 16 tipos de cáncer (boca, lengua, garganta, laringe, pulmón, esófago, estómago, hígado, páncreas, colon, recto, riñón, vejiga, mama, ovario, cuello de útero y leucemia mieloide aguda), la Asociación Española Contra el Cáncer propone a los políticos, cualquiera que sea su tendencia, que implementen acciones destinadas a la deshabituación tabáquica, que revisen la Ley Antitabaco y prohíban fumar donde un tercero se expone involuntariamente al cancerígeno culpable del mayor número de muertes en nuestro país, especialmente si ese tercero es un menor; y, por último, que actúen con agilidad y firme interés para que la generación que cumple 18 años en 2030 no fume nunca.

Si todos sabemos que el tabaco obtenido de la Nicotiana Tabacum es ¡culpable! no podemos mirar a otro lado. Debemos actuar ya, de forma contundente.

Para ello, ruego que políticos y ciudadanos de a pie nos unamos al objetivo común: "Todos contra el cáncer".

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