Candidiasis vaginal

La candidiasis vaginal es una infección producida por un hongo, "Cándida albicans", dando lugar a una inflamación de la vagina y la vulva. Este hongo está presente de forma habitual en la flora intestinal y vaginal, en la piel y en la boca, sin que provoque ninguna enfermedad; la alteración la ocasiona cuando se reproduce de forma acelerada.

Las causas de esta proliferación son: cambios de la flora bacteriana, debido al uso de determinados antibióticos, corticoides, déficit del sistema inmunitario, por ejemplo, en personas con cáncer, diabetes, obesidad y VIH y cambios hormonales, como sucede en el embarazo, menopausia y también cuando se toman anticonceptivos hormonales. En lo referente a la gestación, es normal que durante este periodo aumenten las secreciones vaginales, dado que las mucosas, por el efecto de la progesterona, son más ricas en agua. Por eso, en estos meses es preciso mantenerlas bajo control, porque las variaciones hormonales influyen de manera importante sobre el equilibrio de la flora bacteriana vaginal.

Los síntomas principales son secreción vaginal blanquecina, la mayoría de las veces con un aspecto de leche cuajada, sensación de ardor, especialmente durante el coito y la micción, prurito e irritación en vagina y vulva. Es muy frecuente, si tenemos en cuenta que afecta hasta tres de cada cuatro mujeres en algún momento de su vida. En los varones, pueden presentar secreción en forma de grumos bajo el prepucio, prurito en el glande y dolor al orinar y durante el coito.

En cuanto al diagnóstico, en ocasiones, es suficiente teniendo en cuenta los síntomas y la exploración ginecológica; en otros casos, un sencillo frotis vaginal va a permitir identificar el microorganismo culpable, con lo cual se instaurará el tratamiento consistente en terapia oral y cremas tópicas antimicóticas y, preferible, que también se trate a la pareja para que los resultados sean totalmente efectivos. Porque, aunque la candidiasis vaginal no se considera una infección de transmisión sexual, ya que puede padecerse sin haber tenido contactos sexuales, cuando se tiene una infección de este tipo se puede transmitir al varón, o a la pareja en el caso de relaciones homosexuales, a través de sexo oral o vaginal. En este caso, es fácil comprender que este hombre o mujer infectados pueden de nuevo transmitir la infección a otra persona por vía sexual oral o vaginal.

Para la prevención es muy importante utilizar ropa interior de algodón y evitar la humedad excesiva en la zona, no permaneciendo con el traje de baño mojado durante mucho tiempo. Evitar el uso de jabones íntimos y las duchas vaginales. Especial cuidado en la higiene íntima al limpiarse tras orinar, haciéndolo siempre de delante atrás, o sea, de la vulva hacia el ano.

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