El ya expresidente del Lugones explica las razones de su marcha: "Esta revuelta venía cociéndose desde hace meses, esto no ha sido casualidad"

"El deporte saca lo peor de la gente, hay mucho ego y sí que te decepciona el trato humano que te llegan a dar", dice Guillermo Fernández

Guillermo Fernández, expresidente del Lugones

Guillermo Fernández, expresidente del Lugones

Antonio Lorca

Antonio Lorca

Guillermo Fernández (Oviedo, 26 años), presidente del Atlético de Lugones hasta su dimisión el pasado viernes, ha sido el gran protagonista de una semana muy intensa en el club sierense, con amenazas de dimisión de entrenadores, protestas de padres de jugadores y la intervención final del alcalde de Siero, Ángel García, que tomó la decisión de quitarle al club la concesión de las instalaciones de Santa Bárbara. Todos los que protestaban pedían lo mismo: que Guillermo Fernández abandonara el cargo de presidente, algo que sucedió el viernes, dejando a José Manuel Corvo al frente de una gestora.

–¿Qué ha pasado para que haya tenido que dimitir?

–He recibido un trato que considero bastante exagerado, veo detrás una estrategia política. Nosotros, cuando entramos, teníamos una deuda de la que hemos subsanado 23.400 euros, 1.300 con Hacienda y el resto con el Patronato Deportivo de Siero. De lo que hemos generado son unos 8.000 euros en ejecutivo y unos 2.000 en ordinario. Queríamos negociar para juntar lo que faltaba por pagar y eso para volver a fraccionarlo. Insisto, hemos subsanado 23.400 euros de deuda.

–Dice que es una estrategia política. ¿Qué persigue?

–No creo que tengan nada en contra mía, lo que me da a entender que se trata de unas instalaciones grandes (las de Santa Bárbara), con posibilidades, que quieren gestionar de otra manera y con otra gente. El Alcalde no puede tener nada en mi contra porque no lo conozco, cuando jugamos la Copa del Rey no nos mandó ni un mensaje.

–¿Cómo explica una revuelta así en su contra?

–Hay gente que quiere no solo ser entrenador, hay gente que piensa que es mejor no tener un primer equipo por el gasto. Para mí hubiera sido lo más fácil, pero el club tiene una tradición, una historia y quién soy yo para cortar con eso. Hay que respetar los funcionamientos en cualquier entidad deportiva. También hay que decir que en el grupo de padres con el que se reúne el Alcalde, que quieren entrar al club, el líder es amigo del regidor de toda la vida

–¿Usted no ha cometido ningún error?

–Todos cometemos errores, pero considero que estoy formado en gestión deportiva y he tratado de ponerlo en práctica y no es tan fácil. Nunca he querido despedir a entrenadores e igual habría sido mejor ponernos más estrictos con ciertos comportamientos antes de que llegara a pasar todo esto.

–¿Qué comportamientos?

–Los clubes tienen una jerarquía y los entrenadores se negaron a seguir las órdenes de Samuel Ruiz (coordinador del club), que es una magnífica persona, y al final se han aprovechado de ciertas corrientes para tener el poder en el club.

–Con la deuda que tiene el club, ¿qué interés hay?

–Ni idea. Cuando me presenté yo había otro proyecto encabezado por Manuel Ballesteros, con pasado político en Siero, y los socios me eligieron por 36 votos a 15.

–¿Y por qué dimite?

–Empiezo a trabajar fuera de Asturias esta semana, esto no ha sucedido por casualidad, tampoco lo es que entrenadores y Alcalde hablen al tiempo. Esto viene cociéndose desde hace meses, gente que no está cerca del club se hace socio en diciembre.

–¿Qué procesos judiciales acechan al club?

–Uno por una deuda con el anterior presidente (Víctor Vicente González Castañón), que dice que ha aportado un dinero al club que nunca entró o al menos nunca se registró en una asamblea. Ese juicio en la Audiencia Provincial es por 38.500 euros que él dice que puso siendo presidente. Y otro proceso por una impresora que compró la anterior directiva por renting por seis años, no pagaron, hay una denuncia y un juicio en Madrid en el que piden 6.500 euros. En los dos casos viene de la anterior directiva.

–¿Está decepcionado?

–Tengo 26 años, llevo diez en el fútbol, en el deporte se generan unos ambientes que sacan lo peor de la gente, hay mucho ego, y sí que decepciona el trato humano.

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