La residencia del ERA de Lugones celebra su primer aniversario con 42 usuarios y la previsión de cubrir sus 120 plazas a finales de año

"Estamos muy contentos, pero mejor comer algo más de chorizo y menos verduritas", bromean los mayores, que disfrutan de un amplio programa de actos para celebrar el cumpleaños del centro

La residencia pública del ERA en Lugones (Siero) abrió sus puertas hace justo un año para dar la bienvenida a sus primeros usuarios. Fue tras un largo periodo de tramitación y de obras, interrumpidas, además, por la pandemia del coronavirus en su recta final. Doce meses después, el centro funciona a buen ritmo y se prevé que sea a finales de este año cuando se ponga a plena capacidad, con sus 120 plazas ocupadas.

Los 42 usuarios con que cuenta actualmente la residencia están celebrando este primer cumpleaños por todo lo alto, con actuaciones musicales, visitas de grupos como "La Sidrina" o el coro parroquial y actividades tales como un bingo con premios para todos los participantes. La ocasión lo merece y los usuarios están "muy contentos" porque a lo largo de estos meses han conseguido sentirse "como en casa". "Lo pasamos bien, yo, por ejemplo, voy a gimnasia", explica Lorenzo Mayo, de 79 años, quien ha vivido en lugares como Galicia, Alemania, Suiza y Francia. En Lugones presume de una nueva vida con todas sus necesidades cubiertas. Lleva en el centro desde junio del año pasado. Marisol Prado, de 70 años, es de las más veteranas, puesto que entró en marzo de 2022. "Estamos bien, aunque me gustaría comer menos verdurita", señala con un guiño, secundada por Lorenzo: "Más chorizo y morcilla", bromean ambos.

Marisol Prado y Lorenzo Mayo, en la residencia de Lugones

Marisol Prado y Lorenzo Mayo, en la residencia de Lugones / L. P.

Además de las actividades para ocupar el tiempo de ocio en el propio centro, también hacen salidas al mercadillo semanal de los viernes, cuando el tiempo lo permite, y participan en tres excursiones al año. A Marisol Prado le gustó especialmente la visita a la Virgen de la Cueva de Infiesto. Ahora, reconoce que está esperando la llegada de nuevos usuarios para hacer más amistades. "Al principio éramos pocos", reconoce.

El número de residentes se ha ido incrementando con el paso de los meses y la directora, Yobana Triguero, prevé que, con los ingresos previstos, a final de mes se llegue a las 52 personas. La capacidad de la primera planta es de 59 usuarios y los cálculos de los responsables del centro fijan para mediados del próximo mes de abril el momento en que se complete.

A partir de ahí, se irá poniendo en marcha la segunda planta, con la intención de que a finales de año también se ocupe al cien por cien, toda vez que, en la actualidad, la lista de espera para hacerse con una plaza en el establecimiento de Lugones es de un centenar de personas. "Estamos viendo necesidades de material y de personal", explica la directora.

El centro empezó a prestar servicio con doce técnicos en cuidados auxiliares de enfermería a tiempo completo, a los que el pasado mes de octubre se sumaron una fisioterapeuta, tres enfermeras, una trabajadora social, una responsable asistencial y varios servicios contratados a empresas externas, como la cocina, la cafetería (abierta el pasado 1 de febrero), la limpieza y el mantenimiento. En abril llegará una terapeuta ocupacional para ayudar a las actividades de ocio y la vida diaria de los residentes.

Los trabajos de construcción de la residencia del ERA en Lugones supusieron una inversión de 7,5 millones de euros. El centro, que se sumó a una red pública con otros 26 establecimientos de gestión directa, dispone de una amplia zona de aparcamiento en el semisótano, donde también se han ubicado el almacén y los vestuarios. En la planta baja está la recepción, así como el comedor, la cafetería y varias salas de usos múltiples. En los dos pisos superiores se han acondicionado 86 habitaciones, de las que el 60 por ciento son individuales y el 40 por ciento restante, dobles.