Guatemala, Agencias

El cantautor argentino Facundo Cabral fue asesinado ayer por un grupo de sicarios en la capital guatemalteca, cuando se dirigía con su representante al aeropuerto internacional La Aurora desde el hotel donde se hospedaba.

El portavoz de la Presidencia guatemalteca, Ronaldo Robles, dijo que Cabral, de 74 años y quien se encontraba en Guatemala desde hace una semana, murió como consecuencia de múltiples disparos y que los miembros de su seguridad no pudieron repeler el ataque. «Fue un atentado directo en su contra perpetrado por sicarios que utilizaron fusiles de asalto». Tres equipos especializados de investigadores han sido asignados para trabajar en el esclarecimiento del asesinato del cantautor y poeta.

En el ataque también fue herido de gravedad el representante del cantante, Henry Fariña, quien se debate entre la vida y la muerte ingresado en un centro asistencial de la capital guatemalteca.

Testigos del ataque aseguran que los sicarios iban en dos vehículos de modelo reciente, y que los integrantes del equipo de seguridad del cantante se enfrentaron a tiros con estos cuando intentaban detenerlos. El vehículo en el que viajaba Cabral quedó estacionado en la entrada de una estación de bomberos, a donde el conductor acudió en busca de ayuda.

Cabral nació el 22 de mayo de 1937 en la ciudad bonaerense de La Plata y su primera infancia estuvo marcada por el abandono del hogar de su padre, por lo que su madre, Sara, quedó a cargo de varios hijos y se mudó a Tierra del Fuego, en el extremo sur de Argentina.

A los 8 años, su familias se muda a la ciudad bonaerense de Tandil, donde trabajó en tareas rurales y tomó contacto con la música folclórica. De comportamiento rebelde, fue internado en un reformatorio, del que escapó. Con su guitarra al hombro, pocos años después, se mudó a la turística ciudad bonaerense de Mar del Plata, donde el dueño de un hotel le dio la oportunidad de cantar en público. El Indio Gasparino fue el nombre artístico que eligió para grabar sus primeros discos, sin mucha repercusión. En 1970 grabó «No soy de aquí, ni soy de allá», uno de sus mayores éxitos musicales y que le dio fama internacional, al punto de compartir escenarios y estudios de grabación con artistas como Alberto Cortez, Julio Iglesias, Pedro Vargas y Neil Diamond, entre otros.