La Dirección General de Trabajo ha rechazado el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que había presentado ArcelorMittal alegando causas de fuerza mayor ante los afectos de la crisis sanitaria. No obstante, y ante la posibilidad de ese freno, la compañía ya había empezado a negociar esta misma semana con los representantes de los trabajadores otro ERTE por causas económicas, organizativas y productivas generadas por la crisis de la pandemia del COVID-19 que sustituiría al que está vigente desde 2009 y que la compañía había pactado con la mayoría de los sindicatos para efectuar ajustes.

Según ha traslado la dirección de la empresa siderúrgica a los representantes sindicales en una reunión celebrada ayer, la autoridad laboral considera que no está suficientemente acreditada la causa de fuerza mayor en el ERTE solicitado por ArcelorMittal y que la medida es desproporcionada con respecto a la situación del grupo. Para la sección sindical de CC OO, ambas cuestiones están en línea con las alegaciones que el sindicato había presentado ante Trabajo para oponerse a ese ERTE por fuerza mayor. Este sindicato aboga por volver a "una situación de diálogo social fluido" sobre la base de la negociación del ERTE en vigor desde 2009, "donde fue posible consensuar las medidas de acompañamiento social que son las que se han venido aplicando".

La multinacional siderúrgica, que en Asturias da empleo directo a más de 5.000 personas, tiene a su disposición una línea de crédito de 3.000 millones de dólares (2.758 millones de euros) que le dejará mayor margen de liquidez ante la situación generada por el coronavirus. La línea de crédito, proporcionada por los bancos BNP Paribas, Crédit Agricole, JP.Morgan y Société Générale mejorará la liquidez de la compañía, de 9.652 millones de euros a 31 de diciembre de 2019. "Aunque la compañía no tiene necesidad inmediata de utilizar esta nueva línea de crédito, proporciona flexibilidad financiera en las actuales circunstancias extraordinarias", según ArcelorMittal.