Leonor, la princesa reflexiva, serena y curiosa forjada en Asturias

La heredera, que asume más responsabilidades institucionales con la mayoría de edad, ha tenido en su visita anual a la región a entregar los Premios el mejor escenario de ensayo y preparación para su papel

La Princesa Leonor

La Princesa Leonor

Mariola Riera

Mariola Riera

En octubre de 2020 Leonor de Borbón y Ortiz acudió a Somao (Pravia) a entregar a los vecinos el premio "Pueblo Ejemplar" que concede anualmente la Fundación "Princesa de Asturias". Durante la visita, el alcalde de Pravia, David Álvarez, tuvo oportunidad de hablar en varias ocasiones con la princesa, entonces a punto de cumplir 15 años. Recuerda éste su infinita curiosidad por Somao, cómo "le llamó la atención lo bonito que era el lugar, las casas, preguntó por su estructura, por qué hay tantas indianas en el pueblo. También se sorprendió con el paisaje, me preguntó por la desembocadura del Nalón y después de acceder al mirador de la casa amarilla, la de la torre, al bajar dijo que le habían impresionado las vistas".

Ese año, la felicitación de Navidad de la Casa Real consistió en una fotografía de Leonor y su hermana, la Infanta Sofía, precisamente en el mirador de la citada casa amarilla, con esas vistas al bajo Nalón y a su desembocadura que tanto le habían llamado la atención meses atrás a la primogénita de los Reyes.

Puede que la joven princesa impusiera de alguna forma su criterio al elegir para la postal navideña esa imagen de una visita a Asturias que a ella, como cuenta el Alcalde, tanto le interesó e impresionó. "La verdad es que si tengo que destacar algo de mi contacto con ella fue su trato cercano, como el de sus padres, y también, pese a lo joven que era entonces, su seguridad y percepción de todo el protocolo. Supo en todo momento donde estar y en ningún momento nadie la tuvo que corregir o ayudar. Me sorprendió su saber estar siendo tan niña", reseña David Álvarez.

Pero tres años después Leonor de Borbón ya no es una niña. Acaba de estar en Asturias para entregar los premios "Princesa" en una edición de lo más especial, pues en menos de diez días cumplirá 18 años, será así mayor de edad y dará un paso de gigante respecto a lo que esto conlleva en sus responsabilidades institucionales como heredera de la Corona y futura jefa del Estado.

Lo primero, deberá jurar la Constitución ante las Cortes. Un acto solemne que pone el broche a un intenso octubre para la Princesa, mes que empezó con la jura de bandera en la Academia General Militar de Zaragoza donde este año ha iniciado su formación castrense –indispensable para cumplir con su tarea futura de estar al frente de la Fuerzas Armadas– y siguió con participación en el desfile y recepción el día de la Fiesta Nacional, el 12 de octubre. En esa jornada, en la que apareció con el uniforme de gala del Ejército de Tierra, de cadete de segundo curso –se ha adaptado su programa formativo para condensar en tres años su paso por los tres ejércitos–, se reveló una Leonor cómoda y segura, muy consciente de su responsabilidad.

Fue una Leonor inédita, quizás, para el gran público, para la mayoría de los españoles, pues hasta ahora las apariciones de la heredera han sido dosificadas. Pero no para los que la han conocido y tratado de cerca. Y en este sentido los premios "Princesa", una cita en la que la que se estrenó en 2019, cuando leyó su primer discurso en público, han sido una de las mejores oportunidades para seguir la evolución de la primogénita de los Reyes Felipe VI y Letizia.

La directora de la Fundación "Princesa de Asturias", Teresa Sanjurjo, es desde su cargo testigo privilegiado de cómo Leonor se ha ido haciendo mayor en Asturias. Esa seguridad y serenidad que los españoles acaban de descubrir en ella, la percibió ya Sanjurjo en 2019, el primer año que la Princesa acudió, junto a su hermana Sofía, a la ceremonia. Entonces estaba a punto de cumplir 14 años. "Mi primera impresión y creo que la de todo el mundo que asistió a la ceremonia fue su templanza y serenidad. Transmitía calma. Todos lo pudimos ver", reseña. "Ha ido creciendo en esa línea y cada año se la ha visto más segura".

También destaca la directora de la Fundación el interés y curiosidad de Leonor por leer y conocer acerca de los premiados. "Me quedo con su sentido del compromiso y del deber que lleva a gala con alegría y convencimiento, algo que por supuesto tiene su origen en el entorno en el que ha crecido y la educación recibida".

En la próxima edición de los "Princesa", en 2024, se avecinan quizás cambios. La presidenta de honor de los premios será ya mayor de edad y, como hizo su padre en su día, podrá ponerse al frente en solitario de la ceremonia, en el Teatro Campoamor de Oviedo. Recién cerrada la entrega de 2023, Teresa Sanjurjo cree prematuro hablar de ello, con todo un año por delante. "Todo eso se verá en su momento. Lo que ahora tenemos que felicitarnos es que año tras año hemos visto cómo ha crecido con un sentido del deber y una voluntad firme en lo que hace", destaca.

Un año antes de que debutase Leonor en los galardones en Oviedo lo hizo el oftalmólogo Luis Fernández-Vega como presidente de la Fundación, cargo que dejó el año pasado en manos de Ana Isabel Fernández, quien se estrenó éste como tal. Testigo de su paso por la adolescencia, destaca Fernández-Vega que es "una joven plenamente consciente del papel que le corresponde hoy y aquel que está llamada a desempeñar en el futuro". Al igual que Teresa Sanjurjo, el expresidente se queda con la imagen de una Leonor muy segura en su papel. "He percibido la gran responsabilidad y serenidad de las que siempre hizo gala y cómo, además, a medida que aumentaba su formación crecía también su desempeño, ganando un protagonismo que no ha parado de aumentar. Buena prueba de ello son sus intervenciones en la entrega de los premios", señala. Como no podía ser de otra manera, su primer discurso de 2019 no le pasó desapercibido. "Lo recuerdo con especial emoción por su hondo significado. Siempre atenta a cuanto la rodea, reflexiva, próxima y cordial y con un profundo sentimiento del deber".

Otro testigo privilegiado de la evolución, gracias a los galardones, no de Leonor, sino de su padre el Rey Felipe VI a través de sus visitas año tras año a Oviedo, fue Graciano García, impulsor y director de la fundación "Príncipe de Asturias" desde 1980 hasta 2009. No ha tenido ocasión de tratar con tanta frecuencia a la heredera, cuya formación y proyección públicas se ajustan a un plan prácticamente calcado al que siguió su padre cuando era Príncipe de Asturias. "Ver a Leonor ahí es la mejor prueba de que no hay sueños improbables", reseña García. "Pese a no tratarla tanto, soy periodista, así que he preguntado con frecuencia a personas de mi total confianza y que la conocen bien: todos coinciden en que es una persona bondadosa, responsable, excelente estudiante, agradecida y con fácil sonrisa", señala. Revela el exdirector que al Rey "le llama la atención la letra muy pequeña de su caligrafía. Se lo he escuchado decir durante una cena". Pero más allá de la anécdota, Graciano García quiere poner en valor otro comentario de Felipe VI que también "ha hecho refiriéndose a ella: ese flanco de la Corona está bien cubierto". El papel de los Reyes como padre es fundamental, advierte Graciano García, para entender lo "bien" que ha encajado Leonor sus responsabilidades. "No me extraña nada, conociendo un poco de donde viene, quiénes y cómo son sus padres".

La cercanía de la Princesa con los Reyes y también con su hermana Sofía llamó la atención al alcalde de Somiedo, Belarmino "Mino" Fernández Fervienza, quien los trató en 2021 en El Puerto, durante otro premio "Pueblo Ejemplar", en plena pandemia, al igual que en Somao. "Estuvieron toda la mañana. La Princesa Leonor me pareció que estaba muy unida a los tres. La vi muy familiar. Creo que fue su segundo discurso ese año. Estuvo bien. Segura y apoyada por el Rey. Y también amable y comunicativa", apunta el regidor, quien destaca el momento feliz para toda la familia cuando se inauguró un mirador dedicado a la Infanta Sofía, segunda en la línea de sucesión detrás de su hermana.

En esa unión familiar, fundamental sin dudas en la exquisita y correcta educación que exhibe Leonor en sus apariciones públicas, también pone el acento María Teresa Álvarez, quien ha tenido ocasión de saludar –no tanto de tratar, matiza– en unas pocas ocasiones a la Princesa, la última este pasado viernes, en la audiencia a los que han recibido la Medalla de Asturias este año. "Me quedo con esa constante búsqueda de la aprobación del padre con su mirada. Creo que es un gesto precioso, sin olvidar la sonrisa que luce el Rey. Es todo el conjunto encantador", señala la escritora candasina, viuda del que fuera jefe de la Casa del Rey, el general Sabino Fernández Campo.. "Creo que esa imagen da relevancia al amor y a la confidencialidad de la familia, algo que es muy importante". También destaca María Teresa Álvarez "lo bien" que ha sentado a la Princesa su formación militar. "Se la ve bien, segura, guapísima. Además, creo que muchos jóvenes habrán puesto la vista o se habrán interesado más por la monarquía tras ver esa emocionante jura de bandera en la que ella lo ha hecho estupendamente". Y otro detalle que la sorprende: "La firmeza con la que da la mano, que creo muy importante, hay gente que lo hace de forma débil, pero ella no. Eso es destacable"

En Madrid, el pasado 12 de noviembre, fue el primer besamanos de Leonor de Borbón y Ortiz con unos 2.500 invitados. A todos recibió con una sonrisa y esa mano firme. Labor institucional que a partir de ahora solo irá a más y en el que deberá mantener esa templanza, serenidad y confianza que año tras año, desde 2018, ha ido exhibiendo y aumentando en sus Premios, en Asturias. "No albergo por ello ninguna duda de que los asturianos, y por supuesto los españoles, podemos estar muy orgullosos de la Princesa y de cómo aborda las distintas fases de su vida", señala Luis Fernández-Vega.

Pero nada mejor que las palabras que la propia protagonista dijo este viernes en su discurso de los Premios en el Campoamor: "Lo que puedo decirles es que entiendo muy bien y soy consciente de cuál es mi deber y de lo que implican mis responsabilidades".

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El próximo 31 de octubre, cuando Leonor de Borbón y Ortiz jure la Constitución ante las Cortes Generales, se convertirá en heredera directa, ya sin eventual Regencia, de su padre, el Rey Felipe VI. Es este uno de los principales cambios, a efectos jurídicos, del solemne acto que tendrá lugar en el Congreso de los Diputados el mismo día que la Princesa de Asturias cumple 18 años. Así las cosas, su madre, la Reina Letizia, perderá el papel de regente que hasta ahora podría haber desempeñado en caso de la inhabilitación del rey al frente de la jefatura del Estado, tal y como se recoge en el artículo 59 de la Constitución.

Es éste el cambio más reseñable que coinciden en destacar los catedráticos de Derecho Constitucional de la Universidad de Oviedo, Ramón Punset y Francisco Bastida. El primero se refiere también a la solemnidad de un acto de jura con cierto "tono medievalizante" en su redacción constitucional. Leonor jurará la Carta Magna, que en su artículo 61.1 habla de que el Rey, al ser proclamado ante las Cortes Generales, así como el Príncipe heredero al acceder a la mayoría de edad, "prestará juramento de desempeñar fielmente sus funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas". Punset matiza que éstas no tienen derechos, sino autonomía y competencias, siendo los ciudadanos los titulares de esos derechos. También pone el acento el catedrático en esa gran responsabilidad de guardar y hacer guardar la constitución y las leyes. "Al Rey, como jefe del Estado, le hemos visto ejercer este papel con su discurso tras el intento de declaración de independencia de Cataluña (2017) o a su padre, cuando el 23F". Con todo, echa en falta el catedrático que Felipe VI no ejerza también su papel de árbitro y moderador del funcionamiento regular de las instituciones y poderes del estado que le reserva la Constitución en relación a la renovación del CGPJ, atascada desde 2018 y una muestra "de cómo la política invade y coloniza" las instituciones. Extraña la ausencia de un contundente pronunciamiento regio en la apertura, por ejemplo, del año judicial, llamando a la inexcusable renovación de un órgano vital para su independencia", dice.

Francisco Bastida se fija en otro aspecto de la Constitución que quizás ha dado más que hablar en los últimos años, el de la preferencia del varón sobre la mujer en el orden sucesorio. "Debería reformarse la Constitución para suprimir esto y para atribuir algunas funciones constitucionales de representación al Príncipe o Princesa de Asturias", señala. Recuerda que "la infanta Leonor es Princesa de Asturias porque no hay un descendiente varón de los Reyes. Por tanto, es un título que, aunque lo tiene desde su nacimiento, es provisional, si bien parece definitivo al no haber indicios de que tal circunstancia vaya a producirse". A partir del 31 octubre, se abre un nuevo tiempo para la heredera de la Corona y decae el papel de la Reina Leticia de su condición de posible regente. Con los 18 años cumplidos y ya prestado juramento Leonor de Borbón "será la que ocupe la Regencia y, de fallecer o abdicar el Rey, accederá directamente a la Jefatura del Estado como Reina".

No obstante, en su jura como heredera y no como reina ya dos diferencias: "Por un lado, se añade el juramento de guardar fidelidad al Rey. Además, aunque jura desempeñar fielmente sus funciones, lo cierto es que carece de éstas, salvo la de ocupar la Regencia".

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