Un gol con recuerdo a otro Mario y las claves de la cláusula reservada por el Sporting a final de temporada

El club rojiblanco tiene atado al burgalés por cuatro temporadas, hasta 2028, al igual que hizo ya con la renovación de Gaspar

Mario celebra su gol en Anduva

Mario celebra su gol en Anduva / Área 11

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

En Burgos, su casa, fue titular con el Sporting por primera vez, con motivo de la visita a El Plantío. La vuelta a tierras burgalesas, en esta ocasión para visitar Miranda de Ebro, le regaló su primer gol como rojiblanco. Mario González (Villarcayo, Burgos, 1996) fue uno de los nombres propios del triunfo ante el Mirandés. Autor del tanto con el que se cerró el partido (1-3), el delantero sonríe tras semanas de mucho trabajo y alguna frustración. Apuesta importante del club en el mercado invernal, llegando cedido hasta final de temporada por Los Ángeles FC, según ha podido conocer LA NUEVA ESPAÑA, en caso de ascenso, el jugador pasará a tener contrato con el Sporting por cuatro temporadas más, hasta 2028. Es el desenlace en el que todos confían.

El Sporting tiene muchas esperanzas puestas en Mario González. El futbolista es consciente de su importancia en el proyecto para conseguir el ascenso a Primera. El club echó el resto en enero para conseguir su contratación en un escenario con el burgalés coleccionando novias. Más de media Segunda le había tanteado o presentado una oferta formal. Él quiso elegir un equipo en el cual sentirse importante, ser delantero referencia, asumir el peso y la responsabilidad del gol y de las victorias. Vio en Gijón el lugar perfecto para volver a mostrar sus cualidades en ataque y también para encontrar la estabilidad que echó en falta en las últimas temporadas. Este último punto también jugaba un papel importante a la hora de definir destino.

El interés del Sporting en su contratación y el deseo de Mario de convertir su paso por El Molinón en algo diferente a sus últimos movimientos en forma de cesión llevaron a pactar con Los Ángeles FC un contrato de larga duración. El acuerdo, hasta 2028, repite las cifras de vinculación ya firmadas con otros futbolistas importantes en el proyecto como Gaspar Campos, que firmó hace unos meses su renovación hasta esa misma fecha. En el caso de Mario, lleva aparejada una compensación económica a su club de origen, en torno a los 3 millones de euros. Es la misma cantidad desembolsada en su día por el conjunto estadounidense para ficharlo desde el Sporting de Braga. Un desembolso importante, pero asumible en caso de ascenso. De confirmarse, sería la mayor inversión en un futbolista desde la llegada de Orlegi al club. En caso de continuidad en Segunda, la situación será totalmente diferente. Tocaría replantear todo.

"He venido a ascender, no me escondo", señaló el "Pistolero" tras incorporarse al equipo. Una toma de contacto que se ha hecho un poco más cuesta arriba de lo imaginado. Al menos, en cuanto a minutos y cifras goleadoras. Se quedó a las puertas de estrenar su cuenta a lo grande, en el derbi asturiano. En sus botas estuvo la sentencia, al disparar desde casi el centro del campo, aprovechando que el portero del Oviedo se había incorporado al ataque para buscar el empate en un saque de esquina. Se escapó por milímetros. Ramírez insistió entonces en la necesidad de que poco a poco fuera encontrando el ritmo, el tono físico. Algunas molestias, titularidad en El Plantío, e intentos frustrados de reivindicarse en los minutos finales de cada partido. Así, hasta Anduva.

"Es muy importante el gol. Él lo sabe. Es importante para este tramo final, para eso vino. Para marcar esa diferencia", confesó Miguel Ángel Ramírez sobre Mario tras la victoria ante el Mirandés. El delantero había contado con el apoyo del entrenador y de la directiva en los últimos días, tal y como desveló LA NUEVA ESPAÑA. David Guerra, presidente ejecutivo, y Gerardo García, director de gestión deportiva, le habían trasladado su plena confianza en verle romper pronto son su sequía goleadora. El tanto, por la forma en la que llegó, dio muestra de su hambre. Futbolista de buenas cualidades técnicas, en esta ocasión se valió primero de un doble cuerpeo para resolver después, con la zurda, en forma de picadita. A falta de ocho jornadas para el final de la competición, en su entorno se confía en que sea el primero de muchos goles por el bien de Mario y por el del Sporting.

Las pistolas y otro Mario en el recuerdo

El tanto tuvo algo de liberador y también el apoyo de algunas de las personas más importantes en su día a día. Mario González celebró su gol ante el Mirandés desenfundando sus pistolas y, en un primer momento, festejando con rabia ante el millar de sportinguistas desplazados a Anduva. Y es que su remate fue sobre la portería tras la que se ubicó el grueso de la Mareona. Un desenlace perfecto para la tarde en la que todo le vino de cara. El gol también contó con dedicatoria hacia su núcleo más cercano, a quien apuntó tras buscarlos entre el público, en una jornada en la que volver a pisar territorio burgalés pareció hacerlo todo más fácil para el delantero del Sporting. En su memoria, quien fue su mayor apoyo desde niño, la persona que más veces le acompañó en el fútbol, con quien comentaba cada partido nada más ducharse durante sus etapas en Villarreal, Francia, Bélgica y Portugal. Mario González, su padre, fallecido en marzo de 2022, ha sido la persona a la que ha dedicado algunos de los goles más especiales de su carrera. El primero en el Sporting, de alguna manera, también estaba reservado para él, aunque ya no pueda acompañarle en la grada.

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