No caigas en el mito de dejar la llave puesta por la noche: no es tan seguro y este es el motivo

Una costumbre muy extendida que ya no es tan segura y de la que no te puedes fiar

La razón por la que no es seguro dejar puestas las llaves por dentro en la puerta de casa

María González Falcó

Pedro Francés

Hay muchas rutinas que repetimos en el día a día ya casi de forma mecánica. Algunas costumbres, que incluso hemos heredado de la familia. Es decir, hacemos lo mismo que hacían nuestros padres. Y es algo que ocurre, por ejemplo, con el gesto de dejar la llave puesta por dentro en la puerta de casa.

Repetimos una y otra vez la misma rutina sin pararnos a preguntar si realmente es eficaz o si, por algún casual, no habrá quedado desfasada y en realidad lo que estoy haciendo no sirve para mucho o existen posibilidades mucho más eficaces y modernas. Pues es precisamente lo que pasa con dejar la llave puesta por dentro de la puerta cuando, por ejemplo, nos vamos a dormir pensando que así será más difícil que alguien entre en el hogar. Cuidado, porque hay mucho más detrás y los expertos han desvelado porque quizás hoy en día ya hay más de creencia que de realidad en esta costumbre tan arraigada.

El miedo y la preocupación son algo inherente al ser humano. Sentimientos e instintos que la persona debe controlar, pero que siempre van a existir. Y, sin duda, vivimos en un mundo lleno de preocupaciones, donde tratamos de tomar todo tipo de precauciones, a veces incluso demasiadas. Es por eso que el hecho de tener la manía de poner la llave de casa por dentro cuando cae la noche puede ser interpretable en varios sentidos. Algunos lo verán como una invitación a la vulnerabilidad, a ceder ante un miedo irracional; mientras que otros simplemente lo interpretarían en clave de refuerzo de la confianza en la familia y en el entorno cercano que significa tener un hogar.

Ciertamente, en ningún sitio uno está tan cómodo y seguro como entre las paredes de casa. No en vano, el hogar significa seguridad, familia, fortaleza, calor humano. Pero quizás ese sentimiento del hogar como algo propio a veces se transforme en un extremo celo para protegerlo, en un exceso de miedo a que alguien ajeno o extraño perturbe nuestro espacio. Es por ello que muchos ciudadanos desconfían de abandonar su residencia. Máxime con la alarma por casos de okupación y robo en los últimos años.

Una de las opciones que han proliferado, para aquellos bolsillos que se lo pueden permitir, son los paquetes o sistemas de seguridad modernos, como cámaras o alarmas que avisan directamente a la Policía Nacional en el caso de detectar algo anómalo dentro del hogar. Otra opción, seguramente más asequible, son las cerraduras de seguridad, los pestillos o las cadenas, completamente tradicionales.

Pero, de largo, una de las medidas rutinarias y menos costosas más populares entre la población mundial es dejar la llave puesta en la cerradura toda la noche, cuando la familia se va a la cama. Así, aunque sea a modo psicológico o de placebo, el inconsciente aporta a la mente humana una sensación de seguridad al entender que la puerta queda completamente protegida. Una sensación que quizás no es todo lo real que pensamos.

El mito de la llave por dentro echado abajo por expertos

Así que para saber la eficacia real de esta medida tan extendida por todas las casa lo mejor es recurrir a los que más saben, a los que trabajan en este campo. Es el caso del Instituto Superior de Seguridad Pública (Netpol). Un portavoz del mismo ha desvelado algunos detalles que son ampliamente desconocidos por la sociedad. Samuel Prieto recalca así que las cerraduras de embrague simple, aquellas que permiten dejar la llave puesta por dentro, incluso llegan a estar prohibidas en muchos países europeos porque confieren a los moradores del hogar una sensación de seguridad "falsa".

Esto quiere decir que si podemos dejar la llave por dentro es que contamos con una cerradura de embrague simple, sin duda una de las más vulnerables. Es por ello que el hecho de que metamos la llave cuando vamos a la cama es más bien un signo de que nuestra puerta no está todo lo protegida que podría con los actuales mecanismos del mercado.

En este sentido, cerrajeros y otros expertos coinciden con Netpol y vierten dudas acerca de esta práctica tan extendida. Ahondan así en que las cerraduras más modernas ya vienen de por sí con mecanismos que previenen forzamientos. Eso sí, nunca vamos a estar protegidos del todo, puesto que los delincuentes y cacos también se modernizan a la par que el mercado de la cerrajería y acaban encontrando elementos para forzar puertas, ya sea a través del uso de imanes o la técnica del "bumping", una técnica con una llave especial modificada para poder abrir la gran mayoría de cerraduras, ya que al ser golpeada con un martillo hace bailar los pistones del cilindro.

En cualquier caso, disponer de estos sistemas que no nos permiten poner la llave por dentro en la puerta siempre dificultará el acceso de gente indeseada a nuestro hogar, toda vez que no todos los delincuentes pueden tener los medios sofisticados necesarios para saltarse sistemas de cierre más complejos y modernos que el que sí nos permite ese gesto de meter la llave en la puerta desde el interior del hogar.

A estos efectos, lo mejor siempre es, si queremos poner una puerta nueva o cambiar la cerradura, consultar con algún experto en la materia y dejarse asesorar sobre las últimas novedades en el mercado.