Una hoja del laurel en la nevera: el remedio de la abuela con el que terminarás para siempre con el gran problema de tu cocina

El remedio más rápido y económico para lograrlo

Poner una hojas de laurel en el baño: la solución que cada vez hace más gente (y con razón)

A.D.

Como muchas otras plantas aromáticas, el laurel no sólo tiene valor ornamental en el jardín, sino que también es famoso por sus propiedades culinarias y medicinales. En infusión, favorece la digestión, elimina toxinas y estimula el apetito. Además de añadir un sabor embriagador a nuestros platos, esta hierba es especialmente útil para una amplia gama de propósitos.

Antes de utilizar las hojas de laurel, hay que secarlas para que conserven sus propiedades durante varios meses. Sin embargo, si tienes hojas frescas del jardín y quieres utilizarlas enseguida, puedes seguir este pequeño truco casero. El proceso es muy sencillo: basta con utilizar un horno a baja temperatura (40°C). Estos son los pasos a seguir:

  • Colocar las hojas por separado en una bandeja de horno.
  • Dejar secar durante 1 hora, dándoles la vuelta a mitad de la cocción.

Asegúrate de echarles un vistazo de vez en cuando para comprobar que no se queman. La mejor forma de comprobar que están bien secas es tocarlas: si se desmenuzan con facilidad, están listas.

A continuación, apaga el horno y deja que se enfríen en su interior durante al menos una hora. Una vez fríos, guárdalos en una lata hermética.

Otro consejo: la forma clásica de secar las hojas de laurel es colgarlas en un lugar fresco y seco. Basta con coger unas cuantas del jardín o de una maceta, lavarlas bien y secarlas con papel. A continuación, ata las hojas formando un ramillete y cuélgalas boca abajo en un lugar oscuro y ventilado. Déjalas así durante 15 días. Al cabo de este tiempo, las hojas estarán perfectamente secas y listas para usar.

¿Por qué guardar las hojas de laurel en la nevera?

Mantener la nevera perfectamente limpia es un reto diario. Entre líquidos derramados, alimentos olvidados que se pudren y quesos malolientes, suele haber una mezcla de olores desagradables en la nevera. Para remediarlo, es importante limpiarlo y desodorizarlo con regularidad para que los malos olores no sean absorbidos por otros alimentos. ¿La solución? El poder desodorizante de las hojas de laurel.

Ahora que las hojas están secas, puedes utilizarlas para neutralizar los malos olores del frigorífico. Todo lo que tienes que hacer es esparcir un puñado de hojas secas en los distintos estantes del aparato. Y ya está. Te recomendamos que lo hagas por la noche antes de acostarte. A la mañana siguiente, notarás que tu frigorífico ya está mucho más fresco y huele mucho mejor que antes. Repite la operación durante unos días y los malos olores desaparecerán por completo.

El laurel seco también puede añadirse a sus recetas para aromatizar carnes, pescados, guisos, etc.