A una celebración le sigue otra casi de inmediato, al menos en las grandes superficies. Las cadenas más grandes aprovechan el tirón de estas fechas para encadenar unas con otras y ocupar los estantes con artículos relacionados constantemente. A Halloween le siguieron los adornos y motivos navideños, el recibimiento de Año Nuevo y ahora, con dos semanas aun por delante, los regalos de San Valentín. Multitud de tiendas se tiñen de color rojo para recibir con los brazos abiertos la celebración del amor con rosas, corazones o cualquier detalle romántico y Lidl no es menos.