Oviedo, J. L. S.

Las empresas de la construcción son las que más han sufrido las consecuencias de la crisis económica y son también aquellas que más han recurrido a los concursos de acreedores (un 30% del total de procesos) ante la caída del negocio y el incremento de las deudas. Un grupo de economistas españoles, dirigidos por el asturiano Ricardo San Marcos y pertenecientes al Registro de Economistas Forenses, acaba de editar una guía -un libro CD- sobre cómo puede abordar una empresa la situación de concurso de sus clientes y proveedores en el sector de la construcción. Esta publicación será distribuida entre las empresas asturianas del sector por la Fundación Laboral de la Construcción. En ella se recogen las principales medidas que deben realizar las empresas que mantienen relación con una compañía que haya suspendido pagos. «La concursada es tratada como una empresa que está ya en la uvi y el resto del entramado social suele evitar relacionarse con ella», asegura Ricardo San Marcos.

El de la construcción es un sector singular, argumenta Ricardo San Marcos. «Es un negocio totalmente distinto al resto. Suele tratarse de proyectos que se desarrollan en varios años y que requieren unas grandes aportaciones de capital al inicio de las obras», explica.

La guía recoge recomendaciones para las empresas de la construcción que tienen a algún cliente que ha entrado en suspensión de pagos. Así, se sugiere mantener el suministro habitual, estableciendo sistemas que minimicen las posibilidades de impago, o personarse en el procedimiento concursal para conocer el estado real de insolvencia.

De esta forma, señala la guía, se «evitará la liquidación de nuestro cliente, situación en la que nuestras posibilidades de cobro se verían mermadas». También se incluyen consejos para saber si un competidor se encuentra en concurso. La guía anota además la posibilidad de adquirir negocios de empresas concursadas con fuertes descuentos.