La Policía Nacional colombiana ha detenido a «varias personas» que podrían estar relacionadas con la vertiente «logística» del secuestro de los avilesinos Concepción Marlaska y Ángel Sánchez. Los detenidos habrían participado en las gestiones para el cobro del rescate, un total de 53.000 euros que fueron entregados por una hermana de Concepción Marlaska, Julia, y una agente de paisano del Cuerpo Nacional de Policía a dos empresarios españoles en la noche del pasado viernes, junto al Palacio de Hielo de Madrid. Los empresarios, Juan José Benito Manjarrés y el sirio Louay Almoalem, de 56 y 28 años, fueron detenidos el pasado sábado, una vez que se supo que los avilesinos habían sido liberados en La Guajira y que estaban a salvo.

Uno de los detenidos en Colombia está relacionado con un individuo de nacionalidad argentina que podría haberse puesto en contacto con los empresarios españoles para entregar las pruebas de vida a los familiares y recoger el dinero, según señalaron fuentes cercanas al caso. La Policía aún no les imputa oficialmente el secuestro.

La Policía sospecha que los detenidos, tanto en España como en Colombia, pertenecen a una red especializada en el cobro de rescates de secuestros. Estas redes actúan siempre del mismo modo. Cuando se produce un secuestro ofrecen sus servicios a los secuestradores para cobrar los rescates a cambio de una jugosa comisión. En el caso del secuestro de los avilesinos, una vez que la red cobrase el dinero, iba a hacer una transferencia a los secuestradores. Juan José Benito, uno de los empresarios detenidos por cobrar el rescate, indicó en su declaración que desconocía que estuviese recogiendo el dinero de un secuestro y que creía que estaba recaudando la compra de un vehículo, según indicó su abogado, Fernando Pamos de la Hoz, un conocido penalista que defendió a Antonio Puerta, el agresor del profesor Neira.

Por otro lado, las autoridades venezolanas han identificado a tres nacionales suyos como integrantes de la banda que secuestró a los avilesinos. Se trata de tres individuos con los apodos de Pito, Kennedy y Tiquitán. Este último llevaba al parecer la voz cantante en las negociaciones con la familia de los asturianos. Las primeras llamadas se produjeron desde celulares activados en Venezuela, concretamente en la zona de Maracaibo, según publican medios colombianos. Los venezolanos participan en las investigaciones a través del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), que se coordinó con el grupo antisecuestros (GAULA) de la Policía Nacional colombiana y la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) del Cuerpo Nacional de Policía, con los que llegó a tener una reunión en la frontera colombo-venezolana.