"Es un crack. Actuó con gran inteligencia y frialdad". En La Fresneda (Siero) se deshacen en elogios hacia el vecino que ayer logró reducir a un atracador bastante violento que asaltó a punta de pistola la sucursal de Cajastur en la plaza Mayor. El vecino, agente del cuerpo nacional de Policía que no estaba de servicio, se jugó el tipo para detener al delincuente, que poco antes de las diez de la mañana asaltó la oficina para llevarse 10.000 euros.

El policía -que prefiere mantenerse en el anonimato- atrapó por sorpresa al ladrón cuando huía y logró reducirlo para que fuera arrestado por sus compañeros, que llegaron poco tiempo después. Y toda la secuencia, delante de los atónitos paseantes y clientes de la sucursal, más de los habituales debido a que ayer era el último día para aportar el DNI.

Eran poco antes de las diez de la mañana cuando varios padres tomaban el café tras dejar sus hijos en el colegio. Entre ellos estaba el citado policía y Nacho Rodríguez, ambos vecinos de La Fresneda. Rodríguez aprovechó luego para ir a entregar su copia del carné a la oficina. Allí estaba cuando un individuo abrió la puerta, se puso una bufanda en la cara y sacó una pistola con la que amenazó a todos los presentes. "Esto es un atraco", gritó el hombre, que hizo cundir el pánico entre los tres empleados y clientes de la sucursal. "A mí me encañonó el primero, se le notaba nervioso y nos mandó levantar las manos", relata Rodríguez.

En primer lugar el asaltante pidió a un empleado que se encontraba en caja que le diera el dinero y se lo metiera en una bolsa negra. Al no quedar satisfecho, se enfadó y golpeó al hombre con la pistola en repetidas ocasiones. Luego ordenó entrar a todos a la oficina del director y allí le reclamó más dinero a éste, que abrió el cajón. Sólo tenía una pequeña cantidad que tampoco satisfizo al asaltante, visiblemente molesto y agresivo.

Mientras, una vecina que presenció los hechos desde la puerta alertó a la gente que se encontraba por la zona. Unos optaron por echar a correr para refugiarse en los comercios y establecimientos cercanos. "La gente empezó a venir diciendo que había una atraco y querían resguardarse", comentaron en una farmacia.

No fue el caso del policía nacional, a quien la alerta de la mujer pilló en un corrillo en la plaza. En vez de intervenir inmediatamente, el agente estudió la situación y decidió esperar al delincuente a la vuelta de una esquina por la que supuso que iniciaría la huida.

Poco después el atracador salió corriendo y al doblar la esquina fue abordado por el agente. El delincuente trató de dispararle con una pistola de 9 milímetros en perfecto estado y cargada, si bien el policía logró reducirlo con gran esfuerzo y colaboración vecinal, no sin antes sufrir varios daños en manos, codos y rodillas.

Finalmente fue llevado al interior de un vehículo hasta que, pasadas las diez y media de la mañana, llegaron tres coches de la Policía Nacional que detuvieron al atracador que, según algunos testigos, "parecía estar drogado". Los policías le incautaron una bufanda y una peluca. Se trata de hombre de 52 años con un amplio historial delictivo con 30 detenciones por hechos similares. Y se comprobó que utilizó para sus fines hasta siete identidades distintas.

La noticia del atraco corrió como la pólvora por la localidad, donde esta misma sucursal fue atracada también en febrero de 2014, mientras que el pasado octubre otro hombre disfrazado de mujer asaltó también la oficina del Banco Santander, situada junto a la de Cajastur.