Oviedo, Marián MARTÍNEZ

La dirección de Arcelor-Mittal en España dio ayer por rotas las negociaciones con los sindicatos, a los que ha convocado esta tarde para iniciar el período de consultas obligado por la nueva reforma laboral para que la empresa se acoja al «descuelgue» del llamado acuerdo marco. Eso significa que podrá aplicar de manera unilateral el aumento de la jornada laboral y la rebaja de salarios con los que pretende conseguir un ahorro del 25% en los costes laborales. Pero será en la reunión cuando concrete el conjunto de sus pretensiones. Ahora se abre un período de incertidumbre, tanto por la novedosa aplicación del «descuelgue» en una multinacional como por las medidas adicionales que pueda aplicar la compañía, como la posibilidad de que se produzca algún cierre o las consecuencias en las empresas auxiliares y el personal eventual, advierten los sindicatos.

Un portavoz de la compañía aseveró ayer que «el deseo de la empresa ha sido alcanzar un acuerdo con los representantes de los trabajadores, pero no ha sido posible», aunque rechazó entrar en detalles. Añadió que la multinacional que preside el magnate indio Lakshmi Mittal recurrirá a la aplicación de la reforma laboral «con la finalidad de asegurar la competitividad de las instalaciones en España». También incidió en que «esta situación se deriva de la difícil coyuntura del mercado del acero en Europa, situación agravada en España por el colapso del sector de la construcción y la caída del consumo privado».

La reunión de ayer entre la empresa y los sindicatos empezó con retraso, pero contra todo pronóstico no llegó ni a las tres horas. Los representantes sindicales habían entregado la semana pasada a la compañía una propuesta con una oferta económica que aceptaba congelación salarial durante la crisis y recuperación de poder adquisitivo en los próximos años, en función de los resultados y de la evolución del mercado. También se aceptaba flexibilidad en la jornada laboral, que se mantendría en 1.640 horas anuales, pero con el compromiso de buscar fórmulas en la planta de Asturias para limitar la contratación de personal eventual en el verano.

La empresa se comprometió a estudiar la propuesta y hubo incluso cierto acercamiento en la negociación, lo que hizo albergar unas esperanzas que ayer se disiparon de un plumazo.

La empresa no acepta ninguna propuesta que le aleje de su objetivo de reducir los costes laborales al menos un 25%. Y la propuesta de los sindicatos, según las distintas fuentes consultadas, distaba mucho de aproximarse.

Alberto Villalta, secretario general de UGT en las instalaciones de Veriña (Gijón), afirmó que su sindicato «lamenta profundamente que la empresa se haya levantado de la mesa y que además lo haya hecho de esta manera, después de que viéramos cierto acercamiento, aunque teníamos la sensación de que alguien no tenía ganas de acuerdo». También añadió que la decisión de la compañía «provoca mucha preocupación porque hay mucha incertidumbre sobre el futuro de algunas plantas y de instalaciones. No sabemos que medidas va a tomar la empresa, pero sí que va a influir en otras y se puede provocar un conflicto por la ruptura de las relaciones laborales».

Ángel Díaz, secretario general de CC OO en Arcelor-Mittal Asturias, acusó ayer a la dirección de la empresa de «ir a la negociación pero intentando imponer su propuesta y criterio, sin ceder nada. La semana pasada parecía que podía haber una variación con nuestra propuesta, pero le pareció poco». También advirtió de las dificultades que se presentan ahora para los eventuales.

Pedro Cancio, secretario general de USO en Arcelor-Mittal Asturias, advirtió ayer de que «la situación es muy difícil», y apeló a la «responsabilidad para dar un giro a esto y evitar la debacle de la siderurgia asturiana». No se atrevió a avanzar acontecimiento, pero sí a pedir una reflexión antes de tomar decisiones «que pueden ser muy difíciles para todos».