Oviedo, Marián MARTÍNEZ

Las condiciones laborales de los siderúrgicos asturianos de Arcelor-Mittal están, a partir de ahora, en manos de un árbitro. La dirección de la empresa y los sindicatos han sido incapaces de llegar a un acuerdo en la negociación para evitar el «descuelgue» del convenio colectivo. El proceso pasa ahora al Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA), que debe convocar, llamar a las partes a negociar y resolver en un plazo máximo de quince días naturales. Será la última oportunidad para lograr un pacto antes de pasar a la Comisión Nacional de Arbitraje de Conflictos (CNAC), que en un máximo de 25 días adoptará una decisión definitiva. Mientras tanto, Lakshmi Mittal sigue vendiendo sus participaciones en otras compañías para conseguir liquidez con la que afrontar su endeudamiento. Ayer mismo anunció la venta de su participación del 50% en el capital social del productor de manganeso sudafricano Kalagadi Manganese por 346 millones de euros.

Las organizaciones sindicales ya estudian reanudar las movilizaciones convocadas en septiembre en el conjunto de las plantas en España, y que supusieron la primera huelga general en la siderúrgica desde la época de la reconversión industrial. Las centrales temen que la compañía mantenga su «cerrazón» para justificar posteriormente despidos e incluso el cierre de alguna instalación.

La dirección de la compañía rechazó ayer realizar declaraciones. Pero las de los sindicatos coincidieron en que «pese al esfuerzo realizado por los trabajadores, flexibilizando la postura y buscando alternativas, la empresa no se ha movido de su propuesta inicial. No ha hecho ningún esfuerzo», denunciaron.

Las centrales llegaron ayer a la reunión a expensas de que la compañía diera una respuesta a su oferta conjunta, lo que permitiría seguir avanzando en la negociación. Pero, según los dirigentes sindicales, la respuesta de la empresa fue que se mantenía en su oferta inicial, que suponía recortes de los costes laborales de hasta un 25% que se conseguirá con la rebaja de salarios y el aumento de la jornada laboral. Con la fórmula del «descuelgue» no puede modificar otros conceptos variables, como preveía en un principio la compañía. Y mantuvo que mientras no haya acuerdo, no arrancará el segundo horno alto de Gijón.

La oferta conjunta de los cinco sindicatos -UGT, CC OO, USO, ELA y LAB- planteaba, a grandes trazos, partir las vacaciones y utilizar la jornada irregular pactada en el convenio y evitar las numerosas contrataciones en el verano para cubrir las vacaciones, en mayor medida durante el año 2013 y disminuyendo en los años posteriores según se fuera recuperando el mercado. También se aceptaba una rebaja en el salario bruto del trabajador de un 4% de media con la condición de que en el año 2016 se recuperase con carácter retroactivo a las cifras de 2012. Y asegurar la prejubilación mediante contrato relevo para los nacidos en 1954, 1955 y 1956. Todo ello a cambio de que la empresa dé un plazo fijo para arrancar el horno alto de Gijón y asegure el mantenimiento de todas las instalaciones y de la plantilla, a lo que la empresa se ha negado reiteradamente.

Alberto Villalta, secretario general de UGT en las instalaciones de Gijón, criticó ayer la postura inflexible de la empresa. «Hemos puesto de nuestra parte todo lo posible y mucho más, y la empresa dice que aún no es suficiente. Nosotros queremos el acuerdo y seguiremos intentándolo hasta el último momento», afirmó.

Ángel Díaz, secretario general de CC OO en Arcelor-Mittal de Asturias, afirmó ayer que la postura de la empresa «no deja posibilidad de acercamiento. Los trabajadores hemos sido muy flexibles y veremos a ver qué pasa en el arbitraje». También añadió que CC OO ha planteado retomar las movilizaciones que se iniciaron en septiembre y cuyo éxito en todas las plantas de España forzó a la compañía a negociar.

Pedro Cancio, secretario general de USO en Arcelor-Mittal en la planta asturiana, afirmó: «Hay que llegar a un acuerdo con la empresa, sí o sí. Hasta ahora ha sido un diálogo de besugos, porque nosotros presentamos propuestas y ellos no se mueven, mantienen la misma del primer día. Pero es necesario que todos hagamos un ejercicio de responsabilidad porque es mucho lo que nos jugamos».