La siderurgia europea va superando, vía proteccionismo de la UE, la competencia del acero chino; pero ahora la principal amenaza es la normativa comunitaria de emisiones de CO2. El Consejo de Medio Ambiente de la UE acordó el pasado martes una propuesta de recorte de emisiones que no tiene en cuenta las principales reivindicaciones de la industria siderúrgica, que sí habían sido atendidas por el Parlamento Europeo. De las negociaciones entre ambas instituciones comunitarias depende ahora el futuro del sector.

La patronal europea del metal, Eurofer, destacó ayer que el acuerdo del Consejo para encarecer los derechos de emisión "penaliza injustamente" incluso a las instalaciones siderúrgicas más eficientes al reducir los derechos de emisión gratuitos y al no tener en cuenta "los beneficios ambientales" del uso de gases residuales de la siderurgia para la producción de electricidad, como ocurre con los gases de Arcelor-Mittal en Asturias que se reutilizan en la térmica de EDP en Aboño.

Por otro lado, el eurodiputado socialista Ramón Jáuregui señaló ayer que las medidas "antidumping" contra la chapa gruesa china aprobadas el martes por la Comisión Europea "llegan tarde, pero son necesarias". Destacó que esos aranceles son fruto de las medidas de presión.