Jarrio (Coaña), A. M. SERRANO

El hospital comarcal de Jarrio clausurará 21 camas durante todo el verano, hasta el mes de octubre. La gerencia del centro adopta esta medida para ahorrar 73.000 euros, el montante que se estima que cuesta mantener abierta durante los próximos tres meses la planta donde se encuentran las 21 camas. La medida no tiene precedente en la historia del hospital, si bien el gerente, Fernando Floriano, defendió ayer esta solución «no sólo por el ahorro, sino también por una cuestión de eficiencia». Floriano asegura que la reducción en el número de camas disponibles (se mantienen operativas 88) no afecta a la atención sanitaria. «Se garantiza de igual modo. Es la misma atención, del mismo personal y con la misma calidad».

El hospital comarcal de Jarrio tiene 109 camas. Las 21 que se cieran pertenecen al área donde se ubica Tocoginecología, pero ello no quiere decir que este departamento deje de prestar servicio. Ese rumor, que corrió entre algunas usuarias, «es una barbaridad», entiende Floriano. «El centro cierra una planta que, por estructura, es la de Tocoginecología, pero en ningún caso se deja de atender a las pacientes de esta especialidad», asegura.

El gerente indicó que «todos los hospitales» hacen este recorte en verano, razón por la que «no entiendo que no pueda hacerlo Jarrio». El nivel de ingresos de paciente durante el verano desciende de media un 40 por ciento, según los datos del área sanitaria I. «Y la medicina ha cambiado», añade Floriano. La media de ingreso actualmente es de cinco días, «frente a los diez de hace años, y eso ocurre porque la medicina aplica otros protocolos y es más eficiente», explica.

Precisamente, las 21 camas se cierran en aras del mayor rendimiento al menor coste posible. Así, para hacer frente a las vacaciones y descansos del personal durante el verano, se deja de contratar a seis ATS y tres auxiliares, el personal que atendería las 21 camas.

La planta no estará operativa «a todos los efectos», concluye Floriano. Es decir, que permanecerá cerrada incluso en caso de urgencia porque no habrá personal disponible para atenderla.

El hospital, con más de 20 años de historia, ha tenido problemas para cubrir plazas en las especialidades de Ginecología, Urología y Cardiología. Según el actual gerente, estos problemas «están solucionados y la atención está garantizada y es de calidad, como en cualquier otro hospital». Añade que Jarrio funciona «con normalidad» y que el cierre de 21 camas «no es motivo de alarma social».