Vigaña de Arceo recrea su pasado. La localidad belmontina acogió ayer la primera jornada de los talleres didácticos "Los orígenes de nuestra gastronomía", que consistieron en la construcción de una casa de estilo neolítico, la creación de cerámica de la época y la elaboración de pan. Todas las actividades se repiten hoy. "Es súper. Es una experiencia muy buena porque, además de pasarlo bien, te permite conocer tus raíces", explica Belén Marrón, belmontina afincada en Barcelona.

Los talleres, organizados por el Ayuntamiento a través del plan turístico "Saboreando Asturias", están dirigidos por la asociación cultural "La Ponte-Ecomuséu", de Santo Adriano, en colaboración con el el grupo de investigación arqueológica "La formación de los paisajes del Noroeste Peninsular durante la Edad Media (siglos V al XII)", que el año pasado descubrió la primera cabaña neolítica documentada en Asturias, entre otros avances.

Este año, el grupo que dirige la arqueóloga Margarita Fernández Mier se ha centrado en la divulgación de sus estudios, de ahí los talleres. "Queremos que lo que hacemos se transmita a la sociedad, es muy importante", detalla. Además, Fernández anunció que el próximo año volverán a excavar en Belmonte, en el entorno de la iglesia de Linares. "Hicimos un sondeo en 2013 y hay información muy interesante sobre la Alta Edad Media", señala.

Con los expertos a la cabeza, los ochenta participantes, divididos entre los dos días, construyeron una cabaña neolítica en base a la planta rectangular que encontraron los arqueólogos el año pasado. Para ello, utilizaron postes de castaño y con varas de avellano forraron la edificación. Mientras tanto, los niños difrutaban chapoteando en un pozo para hacer barro, con las botas de goma puestas. "Es lo más divertido", apuntó Tomás Gil. Con la materia preparada, el resto del grupo se afanaba en hacer "figuritas", indicó Mateo Álvarez. También elaboraron pan como antaño con la ayuda de Maruja Rodríguez y Nieves González. "El secreto es darle bien, con fuerza", detalló Rodríguez a los pequeños, que casi se peleaban por meter las manos en la masa. Los talleres también contaron con la colaboración de los vecinos del pueblo, como Daniel Galán. "Esto está muy bien para la gente que viene y para revitalizar el pueblo", dijo.

Los talleres prosiguen hoy con más participantes. Los arqueólogos encandilan a los asistentes con sus precisas explicaciones que dan luz a cómo se vivía y cómo se comía en Vigaña de Arceo hace 6.000 años.