El PP e IU consolidaron ayer su pacto en el Ayuntamiento de Oviedo sacando adelante el mapa fiscal del municipio para el próximo año, el pilar más importante del presupuesto de cara a 2015, y que es el último gran escalón a superar por el poder ejecutivo local antes de las elecciones de mayo. A cambio de que la coalición se abstuviera para dejar vía libre a las ordenanzas fiscales propuestas por el equipo de gobierno que lidera Agustín Iglesias Caunedo, el PP asumió todas las enmiendas presentadas por IU de apoyo a desempleados tras una negociación que no se cerró -y que contó la participación del propio Alcalde- hasta minutos antes del comienzo del Pleno en el que se votó el proyecto impositivo. La abstención de IU y el voto a favor de los dos concejales no adscritos (Manuel Fernández Ruiz y José Donate) allanaron el camino al PP.

Y todo ello durante un agrio debate plenario en el que Iglesias Caunedo y los suyos presumieron de rebajar los impuestos sin poner en riesgo la financiación de los servicios públicos -los populares defienden que el año que viene los ovetenses pagarán el 0,5% menos por el IBI, la plusvalía o la viñeta-, sus compañeros de viaje (IU) se limitaron a hablar de "congelación impositiva" y el bloque PSOE-Foro de hacer trampas con unos números que llevados al papel suponen, a su juicio, una nueva subida de las tasas municipales.

IU decidió apuntalar su pacto con el PP después de perfilar cómo será el bono de autobús para los parados. La apuesta pasa por crear un bono social gratuito para los casos más extremos de necesidad, sobre todo para los parados de larga duración que se han quedado sin ayudas. Para el resto habrá descuentos que se calcularán de manera progresiva atendiendo a los ingresos que los solicitantes reciban anualmente. El acuerdo incluye actualizar a la situación de crisis las exenciones -en este caso los parados también son el objetivo- que se recogen en las ordenanzas fiscales para bonificar el recibo de la recogida de basuras o el agua a aquellos vecinos sin trabajo.

Los populares sacaron pecho porque la rebaja del Impuesto de Bienes Inmuebles aprobada se traducirá en que "habrá una bajada para al menos la mitad de viviendas del municipio", según Gerardo Antuña (PP). "Es un proyecto de ordenanzas fiscales acorde a los tiempos", añadió el "número dos" de Caunedo.

Esta visión no es compartida por el PSOE. Margarita Vega, concejal socialista experta en asuntos económicos, advirtió de que "van a volver a subir los impuestos por mucho que la maquinaria electoral del Alcalde se haya puesto a funcionar a todo tren". Para Vega el PP insiste en mantener una "política fiscal alejada de la realidad y a espaldas de la gente". La concejala del grupo municipal socialista ofreció un par de pinceladas para reforzar sus afirmaciones, y señaló que la recaudación de impuestos en el concejo ha crecido un 30 por ciento desde 2009 y el IBI el 82 por ciento desde 2001.

Vega considera que "esta voracidad" recaudadora del PP se debe al pasivo acumulado en los últimos años (Cinturón Verde, Villa Magdalena...) ya que sólo el pasado ejercicio "se fueron 26 millones en pagar deudas". "Hay que introducir racionalidad para que no sangren a la gente", añadió. La socialista apostó llevar a cabo bonificaciones en distintos tributos locales para "estimular la creación de empleo" y "no machacar al pequeño comercio y a las empresas".