La montaña cercana

Morcín, como Riosa, ocupa una esquina montañosa del área metropolitana de Asturias. Poco más de diez minutos lo separan del Oviedo pero, como ocurre con todos los concejos del Caudal, el flujo socioeconómico del área central no corre igual hacia el Sur que hacia la llanada que se extiende entre Siero y Llanera. Pese a ello, el polígono de Argame, el nuevo pulmón económico el concejo morciniego, ha ido incrementando su número de empresas y aumentando sus empleos que hoy rondan ya los 950. Morcín, pese a ello, cae en población. Supera con poco los 2.500 habitantes, frente a los casi 4.300 que casi llegó a rozar en la década de los años 60, impulsado por la minería, un monocultivo al que se dedicaron casi hasta final de siglo los morciniegos, la mayoría trabajadores del pozo Monsacro o del Nicolasa. Tras el tirón urbanístico que, a medidados de los 90 supuso el nacimiento de la urbanización de Santa Eulalia, Morcín no logró seguir capitalizando como destino residencial esa cercanía rural a Oviedo. Acaso las deficiencias en la cobertura de internet, en vías de solución, han frenado tras la pandemia la captación de nuevos residentes que buscaban teletrabajar desde lo rural.